Orthodox, cual relapsos

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lavrenti

Tres procesos:
Formacion, reformación y transformación


La idea inicial no era publicar un artículo sobre Sentencia, nuevo disco de Orthodox, sino que se planteó como una entrevista en profundidad sobre el mismo, así que comenzamos a preparar preguntas. Según iban pasando los días los párrafos de introducción se iban volviendo más extensos y las preguntas más enrevesadas, hasta un punto en que podía resultar equivocado que éstas tomaran caracter retórico y tratáramos de dirigirlas hacia una personal interpretación del disco. También era tramposo, y ciertamente injusto, intentar que el grupo nos desvelara los misterios de un disco inextricable para mentes confusas como las nuestras. Al final, transformamos lo escrito y las lanzamos al aire, las preguntas que sólo puedan ser dilucidadas en el momento de la ulterior redención.

Y es que quizá sea responsabilidad nuestra trabajar con este disco a distintos niveles para deshacer la madeja de simbolismos, letras y pasajes musicales heterogéneos que nos atrapa desde Gran Poder; desde que me impactaran tan profundamente por primera vez en la sala Silikona de Madrid. En aquella ocasión vestían de nazarenos, el olor a incienso se extendía por las primeras filas e interpretaban una música de discurrir tan lento y opresivo que mi mente, en su más oscuras divagaciones, ni siquiera se había atrevido a sugerir como posibilidad.

Presentaban entonces Gran Poder y sobre el mismo publicamos un artículo. Más tarde abandonarían los hábitos y publicarían Amanecer en Puerta Oscura, un disco al que me costó algo más acercarme, sentirlo, y que he acabado adorando según ha ido madurando dentro de mí. Han pasado algo más de tres, quizá cuatro, años y muchas cosas han sucedido en mi vida, y mucha música ha llegado a mis oidos, y ahora me reencuentro con ellos, con una Sentencia que arrebata mi alma desde su inicio y me lleva al borde de la capitulación. ¿Cómo habrán vivido estos años Orthodox?
    Baptise them
    with burning oil
    forsake their word
    erase and burn the home
    of those once brave.


Aunque el núcleo fundacional permanezca presente por debajo de los límites normales de la percepción y se experimente en forma de sensaciones más allá de la palabra, su música ha evolucionado considerablemente, haciendo todo lo contrario que el nombre del grupo podría sugerir. Mostrándose capaces de alterar y avanzar en su propuesta inicial, quizá hambrientos de nuevas experiencias. ¿Dónde quedó la distorsión?

No deja de ser una gran muestra de fortaleza el que su sonido pueda llegar a crear las mismas sensaciones sin tener que recurrir a una determinada representación escénica o reincidir en las mismas maquinaciones compositivas. Esa libertad de reinterpretación, nunca forzados por las expectativas de un exiguo pero entregado público, alienta a aguantar agarrados a un hilo asistir a cada nueva etapa.

Ya sea mutada la puesta en escena, o proponiendo un disco como el que nos ocupa en el que las guitarras eléctricas han desaparecido para fiar, con criterio, las experiencias al clarinete, trompeta y un piano que espeluznan. Libres quedan bajo y batería para aparecer y desaparecer en progresiones alejadas de todo dogma. Cuando hay voz, distorsionada según el rito ortodoxo, toma fuerza y nos elevamos, aún temblorosos de dudas; en otros entramos en extraños estadios laxos que nos dotan del coraje y la determinación necesarias para afrontar la ceremonia oscura en la que la muerte no tendrá dominio.
    Ego non baptizo te in nomine patri sed in nomine diaboli.

Saquemos la pala... tres mentes dan forma a Orthodox y elaboran un tercer disco en cuya portada podemos ver tres puntos del que parecen originarse tres rayos, todo en el interior de un círculo formado por tres trazos. Tres temas y treinta y tres minutos de duración, como tres eran el azufre, el mercurio y la sal. Podemos caer en el error del que nos advirtiera Umberto Eco en el El Péndulo de Foucault, al dejarnos llevar por la numerología facilona tomando en cuenta sólo aquellas coincidencias que nos interesan. Acaso no son dos grapas las que unen las dos hojas del libreto y dos son los músicos invitados...

Pero me viene a la memoria la ilustración de Jahbulon en From Hell de Alan Moore, y tres eran sus rostros. Como pueden ser los del Baphomet aunque en el libreto aparezca tal y como lo representó Eliphas Levi y sería adorado por algunas logias masónicas. Y es que podemos encontrar los nombres de los tres componentes de Orthodox escritos en un viejo documento de concesión del grado de Maestro, sellado con la escuadra y el cartabón. ¿Cuál será su interés en la Gran Logia? ¿Su desarrollo de las ciencias ocultas, cargado de liturgia, simbolismo y mística laissez-faire? ¿Su resistencia intelectual a la opresión religiosa?


La masonería ha contado siempre con poca introducción en España, a pesar de que autores como César Vidal quieran ver que han pugnado por dominar, y dominan (ZM es presidente), la vida política y social. Me pregunto si ha jugado algún papel que les haya causado interés en Sevilla o Andalucía y que haya podido tener reflejo en este disco. Otro enigma...

Como la frase elegida para cerrar el libreto, de Edmund Burke, que dice: España... una gran ballena encallada en las orillas de Europa. En otra de las hojas podemos ver un grabado del despedazamiento de un gran escualo de la "Cosmographie Universalle" de Thevet. muzike.org siempre ha sido un medio interesado en el desmembramiento de España... ¿tiene algún sentido o es que nos dejamos llevar por nuestros sueños húmedos de una federación de pueblos ibéricos? Para don César, Blas Infante era un masón a pesar del interés de éste en encontrar un origen cultural diferenciado de Andalucia a partir de su comprensión del Islam, y quizá hasta cierta influencia mística sufí presente en su nombre de Ahmad.

¿Darán alguna importancia a estas paranoias sobre la masonería en la identidad andaluza? ¿Alguna vez mostrarán interés en el pasado andalusí? ¿Habrá algún disco de Orthodox que explore esta raíz musulmana de su tierra? Quizá incluso a través de la tragedia de los moriscos con su conversión forzada o su expulsión... todavía hay familias en Libia o Turquía que guardan un recuerdo de su estancia en la península, viviendo su propia Shoá irresoluta, y atesoran viejas palabras y relatos de sus vivencias, aunque sean menos (re)conocidos que los sefardíes.


Pero volvamos al ahora... a un grupo que firma un disco excelente y del que dudo si tendrá presentación en público. No suelen prodigarse en directo, y no sé si es por desinterés, si se debe éste al del público, al de los promotores o salas, o a alguna sensación de haber llegado al límite de lo que la puesta en escena pueda aportarles. Lo desconozco en igual medida que sueño con verles en directo con invitado al clarinete... acaso no sea posible compatibilizar el mundo de la música con las exigencias del mundo real.

Mundo real en el que me cuesta encajar a Orthodox. Muchas veces me he preguntado cómo se explica a alguien cercano, un familiar, un compañero de trabajo, que existen discos como las tres que han editado. No soy capaz de explicar qué siento cuando escucho un tema como templos marcado obsesivamente por dos notas de bajo mientras aparecen y desaparecen las guitarras, así que más aún explicárselo a alguien ajeno a estos mundos. Sí resulta llamativo hasta cierto punto ver sus reacciones de incomprensión y caras de absoluta extrañeza al encontrar una música que ni siquiera pudieran concebir que se grabase, editase, interpretase en directo y hubiera alguna persona, que pudiera adquirirla, entregarla como presente, y alabarla públicamente.


No hace ni un semana escuchaba Sentencia parado en el coche a buen volumen y con las ventanillas bajadas, y fue curioso ver esta reacción en sus insistentes miradas de refilón (guerrilla sonora y urbana!). Ajeno les resulta algo que a mí me subyuga con gusto. Algo que se encuentra alejado incluso de lo que se da dota a sí mismo de la etiqueta de vanguardista y se presenta en medios "alternativos". Al menos encuentro que son aplaudidos en pequeños espacios de la música extrema, psicodélica o progresiva, por igual y en diferentes partes del mundo. ¿Hay esperanza?

They came in white light
and white light they bring
their hands were empty
their voice where silence


La malla quizá ya no sea tan tupida y el apenas empezar a vislumbrar su presencia ya me hace comprender que esta barrera es defensiva y no se encuentra en su música sino en mi propia mente. Quizá sus discos sean diáfanos, una respuesta clara a una pregunta que no he llegado a expresar porque ni siquiera he podido llegar a pensarla. Quizá haya una explicación que sobrepasa mi capacidad de entendimiento, una gran incógnita desvelada con blanca luz que me ciega y me obliga a cerrar los ojos. La respuesta está ahí y no puedo llegar a asumirla.


Beth es la imagen jeroglífica de la madre divina que los Cabalistas llaman Imma. Lleva una tiara con tres coronas, porque es la reina de los tres mundos; abre un libro, velando la mitad, porque es la divinidad hecha a imagen de nuestros amores, es la concepción humana de la Providencia, es la Gnosis divina, la misteriosa Isis de los Egipcios y lleva los cuernos simbólicos que asoman a ambos lados de la primera corona.

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