¿Corvus Corax?

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Schatten


Este articulillo es el resultado de lo que pasa cuando una va entusiasmada por los interneles buscando cosas de Corvus Corax y en vez de música alemana medieval se topa con un grupo americano del mismo nombre.

Encontré el disco hace unos cuantos meses pero entre la pereza y el tener la cabeza en planos metafísicos nunca conseguí sentarme a darle a la tecla. Y ya en este Agosto "sereno" por fin encuentro la quietud.

El disco, como os digo, se coló en la bandeja que todo lo recibe y ya puesto allí se merecía al menos ser oído una vez.

El grupo surgió en Seattle, Washington en 1999. La formación se integra por: Paul David Martin al bajo, Mallus Stormcrow a la guitarra, y Johann Bran Cleereman que se hace con la voz, la guitarra, el bajo, el teclado, la percusión, sampler y secuenciador.

The Atavistic Triad salió en el 2000 y no parece haber tenido muy buenas críticas. Las letras hablan por lo general del lado oscuro de la naturaleza.

Ahora lo rescato desde el 2008 con sus pros y sus contras. Eso sí, aprender se aprende.

Ya me sonó desde el principio demasiado "oscuro" para que fuera disco de los Corvus Corax alemanes... Y es que lo clasifican por ahí como Synphonic Black Metal, Black Doom Metal o incluso como Pagan Synphonic Black Metal. Creo que esta última es la que le va mejor. Por lo menos lo de Synphonic que no se pierda, jaja.

Es un disco de unos cuarenta y cinco minutos de cinco pistas.

La intro, Son Of The Earth, nos va metiendo lentamente en un ambiente opresivo, no muy machacante (He aquí cuando los inclinados al Doom pueden gozar...) .El paso va aumentando hasta que conecta con la guitarra y la percusión abriendo las voces y dejando atrás el agradable repiquete del teclado. Aumenta más el ritmo y las voces ya no son simplemente graves, ya son tonadas Black en todo su espíritu. (Llegados a este punto ya no nos salvamos de la demencia aunque haya vuelto el dulce teclado.)

Como intro es larga, unos 15 minutos…que discurren entre aceleraciones y bajadas a lo lúgubre perdidas entre las cadenas ambientales del final.

Enseguida podemos saborear en la segunda pista la melodía de las lentas guitarras, la flauta y la voz susurrante de Terminus Est :(de otros diez minutos)

Lo que destaca como parte ambiental viene de la mano de la guitarra y del teclado que se alterna con difusas campanas. Se nota que les gustan los cambios súbitos de ritmo, las voces perdidas y los desgarros eléctricos.

La tercera pista, Sojourn, ya es lago mucho más elegante, más ambiental y más gótico con toques épicos suaves. Una voz femenina asciende mientras otra susurra y relata. El ambiente se mezcla con paso animado de guitarra, percusión y teclado. Lo malo es su brevedad a modo de interludio. No estaría de más que se nos alargara el deleite.

En algunas partes se hace levemente machacón. Los momentos de guitarra, piano y demás son una gozada. En fin, que al que menos le guste seguro que puede escucharlo de fondo mientras friega los platos o hace la comida como Papá Lavrenti. Ese tipo encaja en la canción numero cuatro: Mystagogue. Doce minutos de tensión acelerada y voces intensas languidecidas a lo King Diamond.

La última, Dead Man walking, cierra como la intro, con las pisadas metaleras y estruendosas de lo que si bien podría ser una tortura en caso de extenderse.



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