Atrium Carceri, cuarto de seis

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lavrenti


so the heaven ye may create


La niebla se cierne sobre esta ciudad que nos atrapa y ahoga, y lentamente edificios y caminos que hemos visto y transitado en el día a día comienzan a desaparecer. Un cristal me separa de la Nada creciente -llegase con ella el olvido- y pareciera que Phrenitis, el fichero de texto y la linea curva, que trata de alcanzar el centro, lo nulo, de nuestra esencia, deshaciendo recuerdos y deformando juicios, fueran lo único que es y podrá ya ser. Un Simon Heath hiperbólico nos arrastra forzados hacia lo ignoto mientras vemos alejarse, sin temor, con parsimonia, los significados.

Decían en Cold Meat Industry que no se trata de otro disco de perezoso dark ambient sino de una obra verdaderamente diversa, repleta de detalles sobre detalles para hacer la ilusión completa y de composiciones inquietantes que causan anhelo en la mente. Estoy de acuerdo y, si bien lo inquietante permanece -aún en un segundo plano-, añadiría que por una vez muestra un sonido grácil, esperanzador y bello.

El cursor pulsante exige que entregue mis palabras, egregor ávido aún habiendo alcanzado su objetivo -ser mi interlocutor con el vacío-, y no pueden ser éstas más que de admiración. Seishinbyouin, Kapnobatai, Ptahil y Souyuan, los tres últimos enlazados a sus respectivos artículos, han ido describiendo un camino paralelo al nuestro a través de las sombras, y ahora llega Phrenitis envuelto en brumas ambientales, sensual en sus frágiles melodías para abrazarnos gélida y amorosamente.

Sí, estamos solos aunque nos dejemos mecer en el regazo de Inside the city y creamos ver fulgor en la mirada de Surfacing. Algo crepita en su interior, en ocasiones araña, y se mueve entre las sombras al iniciar el proceso de Hypnosis, sin embargo desaparecerá cuando Floating comience a acariciarnos, aunque en sus manos esté el frío de los pianos como souvenirs assassins -juste ton absence qui m'insupporte-, que tratara de extirpar Eraser y su decena de minutos majestuosos, desangrándonos en lágrimas.

Y en el final del tiempo quien sabe si habrá vencido la energía oscura y la muerte del Universo será fría y en la oscuridad más absoluta. Partículas por siempre separadas, sin cohesión ninguna ni energía, y el tiempo se habrá detenido. Aún así, busquemos un motivo en el ahora y comencemos la lenta reconstrucción en Through the loop y sigamos avanzando en los deliciosos drones de The way back y la tensión dinámica de Sub surface hasta alcanzar Reunion. Será entonces cuando el poder salvífico de Phrenitis se despliegue con un piano de pasados y futuros y belleza viva.



Mañana el exterior habrá vuelto a existir reificado por mor de la costumbre y el tedio de un nuevo año a la espera de Atrium Carceri comenzará a sernos administrado. Sin embargo, un título queda para el final, con fuerza y valentía para el camino por el el círculo de los doce: Resistance.

El propio Simon Heath enlaza, y agradece, en myspace los videoclips que el usuario Nemaa hace con sus temas y no vamos a dejar pasar la oportunidad de incluir uno aquí -aunque hay que decir que la animación es los diseños de la animación son de una web que no puedo enlazar pues no recuerdo-...





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