Los Archivos Perdidos: Anaal Nathrakh

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lavrenti


¿Fractales, apocalipsis, Terence McKenna e hyperblasts? Anaal Nathrakh! Ya que uno de los últimos comentarios de discos fue el de aquellos del cybergrind, los Gigha Tron, comentado por pain he decidido seguir por la senda de la brutalidad.

No conocía al grupo, apenas como un nombre muy lejano, mas al ver que iba a ser editado su tercer disco por Season of Mist en el mes de octubre y que venía precedido por declaraciones tan jugosas de uno de sus componentes como "el sello ha sido bastante ingenuo al firmar el contrato, y ANAAL NATHRAKH comenzará pronto a hacerles lamentar el día en que nacieron" me hicieron decidirme a darle una oportunidad.

Post-black metal con death en una onda grindcore (sí, sí, el rollo de los estilos)... el primer encuentro fue un brutal shock sónico para mí. El disco es durísimo (brutal, otra vez); lleno de tormentosos guitarreos, baterías hiperdinamizadas en un marasmo aberran-ruidoso que resulta ciertamente brillante.

Lo que me sorprende en este disco respecto de otras referencias es que entre el aparente caos y la locura general de los temas emergen de continuo momentos vocales e instrumentales memorables. No es sólo ruido masivo, sino que parece haber conceptos y sinceras intenciones tras ellos. No son tan originales como los Genghis y su sonido es más cercano a referencias existentes, pero resulta un trabajo aconsejablemente demoledor.



Anaal Nathrakh fue creado con un propósito, ser la banda sonora del Armageddon, la esencia sónica del mal, el odio y la violencia, el verdadero espíritu necro llevado a sus extremos musicales. Nunca ha sido objeto publicitario, ni un vehículo para la autopromoción, y nunca reclamará nada que no haya sido ofrecido musicalmente.

El título de su disco Eschaton referencia a la escatología, la reflexión teológica acerca del fin del mundo y de las realidades posteriores a la muerte; y sus canciones versan sobre la guerra contra los hombres, su derrota frente a los bárbaros, la llegada del Angel Exterminador y la existencia primigenia del Rey Amarillo.

Como parece habitual en otros trabajos hay cantos nihilistas de corte nietzscheano como el When the Lion devours both dragon and child (tienen temas titulados como Human, too fucking human o Revaluation of All Values). Cuando el "yo quiero" se impone al "debes" y acaba también con el niño que debería ser el ansiado estado de libre actuación. Vence el león y nos entregamos al choque de intentos de imponer los propios deseos. Es el anticipo al Necrogeddon.

Fractales forman el artwork del disco siendo para ellos una representación de la existencia que el grupo une a la teoría de la Novedad de Terence McKenna (el amigo serebro tiene una buena colección de textos en esta página). Este estudioso de las posibilidades de transformación de la conciencia mediante sustancias psicoactivas sostiene que la cultura y el conocimiento avanzan en la historia "a saltos" producidos en periodos de novedad. Entre medias, inactividad o consolidación.

Según él, esta progresión de periodos sigue un patrón, que interpretaba como un fractal, que, por tanto, puede ser estudiada y anticipada. Después de darle muchas vueltas llegó a la conclusión de que hay un punto crucial, el 21 de diciembre (del 12) de 2012, en el que puede llegarse al final del mundo o a un cambio radical de la existencia y el amanecer de una nueva era. Esta fecha coincide con el final del calendario maya así que todas las alarmas de los misticuelos están activadas. Sólo espero que no sea un nuevo efecto 2000 ¬_¬

Sobre estos temas versa su agónica Timewave Zero.

1. Bellum Omnium Contra Omnes
2. Between Shit And Piss We Are Born
3. Timewave Zero
4. The Destroying Angel
5. Waiting For The Barbarians
6. The Yellow King
7. When The Lion Devours Both Dragon And Child
8. The Necrogeddon
9. Regression To The Mean

Vale, sí, ¿y musicalmente? El dúo, aunque con alguna colaboración puntual de Shane Embury (Napalm Death) y el ínclito Attila Csihar (¿hay algún disco de metal extremo en el que no colabore?), ha construido algo más de media hora de baterías programadas rapidísimas, laberintos de riffs sucios y voces terminales sepultadas entre la música que consiguen exacerbarnos.

Para mí las mejores partes son las que consiguen escapar entre los furiosos embates, como el principio de Waiting for the barbarians, o las que mezclan voces naturales con gritos agónicos, como los momentos heavys de Timewave Zero o Between Shit and Piss where are born. Impresiona la epicidad de las voces de When the lion devours both dragon and child o la agonía general de Waiting for the barbarians.

El disco se cierra con un acercamiento al industrial en Regression to the mean que, sorprendentemente a pesar de su potencia, supone una ligera liberación de la carga pesada de los temas anteriores. El disco es muy, muy, bueno aunque su escucha no creo que sea recomendada por la OMS ya que nos puede acercar peligrosamente a un estado absoluto de mayhem.

Podéis escuchar el tema del león, el dragón y el niño así como algunos temas más antiguos en su myspace.



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