Experimentando Treffen 2009 en soledad

Comparte en:
lavrenti

Casi seis meses me he arrastrado (permitidme que por una vez lo escriba en primera persona) este año desde Treffen. Llega el momento de aclarar un tanto las notas tomadas in situ y rememorar experiencias y sentimientos de aquellos cuatro días pasados en soledad en Sajonia. Echando la vista atrás me doy cuenta de que se mantienen las carencias con las que llegué a él y que en un ejercicio inútil de esperanza pensé que colmaría en la feria de las vanidades.


Sí, Treffen es un festival que puede proyectar una imagen de presuntuosidad visto desde la lejanía. Demasiado culto a la imagen, con su calle principal plagada de fotógrafos (culpable de caer en ello) y demasiado dinero en vestimentas y complementos. Pero lo cierto es que sentado en la campiña mientras pasaban las horas del picnic victoriano se dejaba llevar uno por la fantasía atemporal altoburguesa o nobiliaria.



Galería del picnic victoriano

Treffen supone sumergirse en la irrealidad, alejándose por un momento del apretado corsé de lo establecido como aceptable. Da igual que tu aspecto no difiera del de otro día por la noche -a menos que tu misión en la vida sea captar los objetivos de las cámaras- o que decidas pasar un día como montaraz, pues es extremadamente amplio y nadie parece preocuparse del resto. La escena alemana es tan enorme, magnificada aún más por el tirón internacional del evento, que no hay espacio a luchas de las (micro) camarillas de turno.



Galería de Wave-Gotik-Treffen 2009

Musicalmente es extraordinariamente diverso y permite pasar noches increíbles en pequeños conciertos donde domina la melancolía, por más que la tónica general sea de exaltación de la alegría.




Primer día

Los dos días primeros días pasaron yendo y viniendo entre el Palacio del Pueblo -diseñado por Wilhelm Kreis para la Exposición Universal de 1913 y transformado en centro cultural- y el Kohlrabizirkus, con sus dos cúpulas características; ambos situados en una de la zonas industriales y relativamente cerca del Monumento a la Batalla de los Pueblos.


Pude ver allí a la joven trío austríaco Jännerwein (completada la formación con otras dos personas y con las percusiones de Thomas Bojden -Die Wiesse Rose-) y la impresión fue extraordinariamente grata. Interés habían creado en mí las canciones de su myspace pero no anticipaba las sensaciones tremendas originadas por la interpretación de temas de su disco de debut; como The grass is always browner, Abendlauten, Sturm y, por sobre todas, Klage. Aunque si tuviera que quedarme con algún momento sería con el de Instrumental I...



Galería de Jännerwein

Pero no había tiempo para el aliento ya que a continuación tomaría el escenario Kim Larsen con su camarada habitual -al menos estuvo también en Madrid- en los teclados, percusiones y guitarra, y otras dos personas. He de suponer que la novedad, la mayor variedad musical y la intensidad emocional de la actuación previa hiciera que, en comparación, fuera menor el impacto. Quizá también quemar demasiado pronto las naves con My devotion will never face (menos impactante de lo esperado) hizo que el resto del concierto, a pesar de ser algo más que correcto y con momentos puntuales intensos, no llegara al sobresaliente.


Galería de Of the Wand of the Moon

Kim tuvo la mala suerte, al menos respecto a mí, de quedar entre Jännerwein y Rome. Si los primeros me sorprendieron y encantaron, Jérôme no podía quedar atrás. Sabiendo ya que se presentaría con la nueva formación, esperaba ansioso como se desenvolvería junto a Nikos Mavridis en el violín y Patrick Damiani en los arreglos, y si podríamos oir algo del por entonces esperadísimo Flowers from Exile.


El resultado superó toda esperanza previa, por positiva que fuera. Ví a Rome en el Cold Meat Festival de Madrid y aunque mi opinión era buena, no se correspondía mucho con la realidad. Demasiados problemas con las pistas pregrabadas y pobre la presentación de los temas. Me contentó porque era él y era su voz pero no dejaba de ser un karaoke con guitarra.

Lo visto en Treffen fue muy diferente... seguían habiendo partes considerables pregrabadas pero las percusiones en directo crean un ambiente totalmente diferente y, sobre todo, el violín daba un nuevo carácter, más bello aún, a los temas antiguos y era el complemento necesario para los nuevos. Podemos verlo en The Torture Detachment o The Orchards. Tened en cuenta lo que es encontrarse con The secret sons of Europe por primera vez en directo, o To die among strangers. Recordarlo simplemente hace que mi corazón se comprima.



Tremendamente afectado aún llegaba el momento de abandonar el Volkspalast para recorrer los trescientos metros hacia la otra ubicación y encontrarse con que mis "denostados" Týr habían decidido vengarse de mis comentarios insultantes. Habían cambiado su posición en el cartel inadvertidamente con My Dying Bride. Así llegué apenas para ver el último tema del set. Fue suficiente para sentir como las raíces del pasado vigorizaban su mortal abrazo. Era The Cry of Mankind y abatió como debería mi ánimo. We live and die without hope. Cierto es que hubo bis y fue My body, my funeral, tema certero -como todos- y uno de los mejores de For Lies I Sire.


I fail to find comfort
In your pale cold eyes
Worn loosely about me
You hang there dying off me
Deep in the misery
Of my long arms. Weeping
I cradle your tired head
This moment for the keeping


Galería de My Dying Bride


¿Qué queréis que os diga sobre Týr después de impedirme ver el concierto de MDB? Pues no, no voy a decir nada malo. Tenía las peores expectativas de un grupo al que no he seguido y del que apenas conocía Hail to the Hammer. Me pareció que musicalmente han ganado con By The Light Of The Northern Star, también en lo estético, y su presentación en directo fue correcta. Potente, con personalidad, conectando bien con el público y sin caer en la exageración burda. No era lo que esperaba, así que, a pesar del mosqueo, lo pasé relativamente bien y fue suficientemente enaltecedor como para recabar algunas fuerzas, tras una velada devoradora de la voluntad, para tomar el tranvía de vuelta al hotel.

Galería de Tyr




Segundo día

El sentido sería el contrario; comenzando en el Circo con los portu-noruegos Ava Inferi. En algún sitio he leído referirse a este grupo como si fuera otro más de la hornada de la década pasada de banda de metal con vocalista femenina, y no puedo estar más en desacuerdo. Rune Eriksen no se deja llevar por la facilidad compositiva de estos grupos, perdiéndose con asiduidad por lo progresivo con la misma alegría que en lo atmosférico; y la voz de Carmen Susana Simoes, si bien no tan potente como las de otras intérpretes, está dotada de una gama muy amplia de registros que sirven de vehículo para atravesar los preciosos y procelosos pasajes de sus tres discos. Eran el primer grupo del día por lo que contaron con poco más de media hora en el que presentar Blood of Bacchus e intercalar un par de los ya clásicos, como Dança das Ondas. Lo que más recuerdo de aquella actuación, pasado el tiempo, es la sonrisa de Carmen, dulce en la interpretación, los gestos y los bailes.


Galería de Ava Inferi

Con excesiva premura me dirigí al Volkspalast y llegué cuando apenas había más que unos pocos periodistas fumando y bebiendo en los pasillos, pues la entrada a público todavía no estaba permitida. Me hice un hueco entre las columnas que daban al espacio vacío de conciertos y justo empezaron a ensayar Sonver. Fue indescriptible!



Hacéos a la idea de que no había nadie más que yo; cargaron el maravilloso loop de fondo y lo dejaron repitiéndose de continuo mientras iban probando guitarras, bajo y chelo. Es una de las experiencias musicales más brutalmente bella que he tenido en la vida. La actuación en sí dejó otra serie de temas increíbles que forman parte de un EP y primer disco (que se agotaron en poco tiempo), con el añadido visual de la niebla y las iluminaciones ambientando perfectamente su música por momentos intimista; explosiva cuando se hacía necesario.




Me siento profundamente agradecido de que el grupo incluyera como foto de perfil de myspace una de las fotos que tomamos aquel día y que podéis ver en la galería de Sonver. La noche era británica y aunque esperase desde meses antes a Iliketrains, se agradeció pasar por un meseta de grupos agradables, menos intensos emocionalmentey sin dejar por ello de ser musicalmente atractivos. El primero de ellos sería Adoration en una línea de rock ochentero más british que gótico y con mucho estilo. Uno de los guitarristas forma parte de otra banda importante de la segunda fila, Voices of Masada.


Galería de Adoration

Al ver la lista de aquella tarde, quizá lo que menos me llamaba la atención era Vic Anselmo. Proyecto originario de Riga, con protagonismo absoluto de su vocalista, pone toda elaboración musical (electrónica o instrumental) al servicio de las narraciones de infancia inocente aunque se desarrolle en entornos traumáticos o tenebrosos. Quizá en disco no me hubiera llegado a seducir su música (no, no son Birthday Massacre) pero en directo me pareció que tenían mucha personalidad, capacidad de comunicación y la teatralidad exagerada aportaba un punto muy diferente a lo vivido hasta entonces y lo que quedase por llegar.


Vic jugó con peluches, recibió cartas gigantes, nos lanzó conffeti, saltó, sonrió a las cámaras y también se echó al suelo simulando sollozos... transmitía con la voz, tocó partes acústicas a la guitarra; y lo más importante, se sentó al teclado en solitario y se lanzó a una versión de Love You To Death de Type 0 Negative. Veamos uno de los momentos intimistas, Who...



Galería de Vic Anselmo

Hete aquí que se me empezaban a acumular las horas y la cercanía del momento tan esperado del reencuentro con los de Leeds, aparte de una mayor afluencia de público a las primeras filas, hicieron que viviera un poco ausente la actuación de Cranes.


Aunque el grupo tiene una número aceptable de aspectos que deberían atraerme (otros lo consiguen), he de reconocer que la voz me sigue generando alguna resistencia. El concierto tuvo momentos muy dulces y de nuevo la iluminación acentuó la belleza general, pero aún así no llegó a calar. Lo bueno es que no pareció que sucediese así con una parte considerable de la gente que había visto como principal de la noche la actuación de los Shaw & co.

Galería de Cranes


Para no extendernos, si decía que Cranes desvelaban algunas de las claves para interesarme si llegar a explotarlas, Iliketrains las domina todas en grado máximo. No sé si es un grupo hecho para mí, o yo estoy hecho para ellos, pero lo cierto es que extirparlo de mi ser resultaría más traumático que un exorcismo. Post-rock intensísimo, con cierto aire de desapego y altivez desde la misma voz (nunca relacionable a su edad) hasta la temática histórica de sus letras; temas largos con desarrollos crecientes y lentos. Aparentemente desubicados en el encuentro de la escena gótica, y con una presencia en el escenario que se esperaría "shoegazer" pero es todo lo contrario, agradable, aparentemente sincera, y hasta simpática. Hicieron toda una serie de bromas acerca de lo que era para ellos encontrarse en Treffen y saber que en el mismo sitio en donde tocaban se celebraría al día siguiente una fiesta fetichista. Confesaba David Martin que tenía mucha curiosidad por verla y sentía de veras no poder quedarse.

Desgranaron lo más florido de sus discos, eps y singles, con los espléndidos pasos por The Deception, Spencer Perceval o a A Rook House for Bobby, y aún se permitieron adelantar un tema de lo que será su próximo trabajo (esperadísimo y aún sin fecha). Aunque parte del público se había ya marchado, se notó que la gira del grupo junto a Sisters of Mercy había servido para generar un número interesante de incondicionales germanos que se entregaron a su música y que aplaudieron sin descanso a su término hasta forzar dos bises y una nueva aparición en el escenario para saludar. Impresionante! doy fe que se vertieron más lágrimas en ese hora y media que en todo en aquel día plomizo en la Alemania democrática.


Galería de Iliketrains

Encantado por lo vivido no había ganas de abandonar así que sin saber si daría tiempo a llegar, me "entranvié" con destino al Agra Hall con la suerte de llegar justo al poco de comenzar la actuación de Current 93 (VNV Nation imposible). Dió tiempo a pasar un tema en el foso y poder acercarme lo suficiente como para darme cuenta de lo mayor que está David Tibet y reconocer a algunos de sus acompañantes, Baby Dee, Andrew Liles o James Blackshaw.


De su Aleph at hallucinatory mountain, que en ese momento aún no había escuchado, me marcó especialmente Invocation of Almost aunque el momento más celebrado por mí fue cuando se lanzó al Black ships ate the sky. Lo cierto es que la puesta en escena como Anok Pe apabullaba con sus nueve componentes pero tampoco es el objeto lucirse en lo musical, sino crear espesos pasajes musicales aderezados con las narraciones visionarias de David. El cansancio acumulado, las progresiones sonoras y la falta de candor del público que a estas horas de la madrugada había abandonado el lugar en masa (había bastante menos de media entrada en el inmenso espacio del Agra) no fueron en detrimento de la experiencia sino que aumentaron las sensaciones de decadencia pre-apocalíptica que uno valora y busca en C93, y que David con su aspecto de crooner alcoholizado y su voz rota representa con excelencia.


Galería de Current 93




Tercer día

Pretendía reservarme para los post-fiestones así que me dirigí a primera hora de la tarde al Schauspielhaus para asistir a tres notabilísimas actuaciones en la comodidad de un asiento. Comenzaban nuestros hermanos catalanes Der Blaue Reiter con el aleciente de la presentación en sociedad de su nuevo disco Nuclear Sun con proyección internacional a través del sello Black Rain. Por ello la actuación se centraba en el material nuevo y contaba con abundante contenido visual en torno al accidente en la central nuclear de Chernobil, motivo movilizador del nuevo trabajo. Iluminación azul muy baja y luces de emergencia en el escenario, proyección de imágenes de los liquidadores, de las zonas adyacentes y del pueblo fantasma de Prípiat.


Creo que de todas las ocasiones en que he visto a Der Blaue Reiter en directo ésta es la que más satisfacción me ha generado. Un sonido espléndido aunado al dominio de la atmósfera general hicieron que fuéramos entrando sin apenas darnos cuenta en la narración de las distintas etapas y nos fuéramos rindiendo ante la magnitud de la tragedia y el heroismo extremo de los salvadores/víctimas. Hubo un momento grandioso cuando me fuí hasta el fondo del teatro para tener una vista general y estaba sonando (creo) The Last Days of Pripiath.

Galería de Der Blaue Reiter


Brillig cambiaron totalmente el ambiente, arrancando sonrisas con sus baladas de asesinatos, canciones de marineros y cuentos de amores perdidos. No sabría definir muy bien su música; agradables composiciones de folk-rock atemporal y sin unión con tierra o cultura particular alguna, tan pronto interpretadas con acordeón, guitarra y armónica que con harpa, ukelete o violín. Letras de pérdida y muerte pero sin tristeza, con cierto punto burlón o irónico (nunca sarcástico) cantadas por Matt Swayne y Elizabeth Reid, y explicadas amablemente al público, dominando la escena y ganando sin duda a su audiencia. Presentaban su disco The Red Coats y recuerdo con especial cariño el tema que le da nombre, The Phantom's Theme y Emily of the Grace.

Galería de Brillig



Antes de ir al festival, preparando el artículo sobre todos los grupos y apuntando los interesantes, pensé... "uhmmm, ¿Antimatter? Podría estar bien. Hace mucho que no escucho Leaving Eden, pero como coincida con VNV Nation a Mick le pueden..." Coincidió y ahí estaba esperando sin especiales expectativas. He de reconocer que ví que se sentaban todos en las sillas y que Mick parecía ser un señor cualquiera, bien vestido, calvo, ancho y mayor. Nada especial, ¿no? Es lo que tiene ser superficial y juzgar a la gente por sus apariencias.


Sin aspavientos ni poses cogió la guitarra, empezó a tocar y cuando se elevó la voz me derrumbé. Había olvidado que tiene una voz extraordinaria y las canciones más tristes nunca escritas. Había olvidado aquella época escuchando compulsivamente su disco y deseando morir accidentalmente. Su perfecta dicción hizo que las letras resurgieran de los pozos de la inconsciencia...

Looks like it's gonna be another one of those rainy days again...
Should I wait or let the past just fall?...
It's no wonder I'm so cold,
a terrible thing I'm learning as tears are turned to ice.
These four walls will be my dreaded foes
as I rot here in this hole



Galería de Antimatter

Vencido, luchando por una causa perdida llegó el momento de dirigirse cabizbajo al Volkspalast, hacer cola, agradecer a la gente de Mentenebre que me sostuvieran con algunas palabras, ser rechazado en la fiesta fetichista por ir con cámara, y ver amanecer a través de los cristales en la cantina bailando en soledad y silencio tras el rechazo. Some things never change...




Cuarto día

A todas las experiencias sentimentalmente complicadas de los días anteriores, habría que añadir la de enfrentarme a The Moon and the Nightspirit en el Agra Hall. Sería la tercera vez con los húngaros, y de nuevo resultaron irreprochables en su puesta en escena y la interpretación de sus maravillosas creaciones, con especial atención a Ösforrás. Por temas personales, me costó disfrutarlo. Tampoco pude atender como debería a Adivarius pues andaba buscándoles por el backstage para cambiar algunas palabras con los primeros y recabar sus firmas, siempre tan atentos y agradables con muzike.org.


Sí pude al menos ver sus últimos temas de medieval (compensó el no poder acercarme más que de pasada a la villa pagana este año), sacar alguna fotos de sus juegos con el fuego y criticar internamente el nivel ¬_¬ de las bailarinas árabico-tribales.

Galería de The Moon and the Nightspirit
Galería de Adivarius


Todo mi interés de ese día se encontraba en ver a Qntal en Schauspielhaus, así que para hacer tiempo me acerqué al Parque Clara Zetkin a ver a Inkubus Sukkubus. No soy un gran entendido en grupos de rock gótico, ni disfruto en general con muchos de ellos, pero sí me interesan los ingleses. Las canciones sueltas que he escuchado me han gustado y tuve una época de escuchar Beltaine y otros discos de finales de los noventa, aunque no he prestado la atención necesaria a sus últimos trabajos. En un sentido espiritual incluso, de onda wickana, me he sentido más atraído siempre por la vertiente más psicodélico y oscura de Mors Syphillitica.


Su concierto me resultó agradable, muy apropiado para aquella tarde soleada anticipo del fin. Candia establece conexión continua con el público lo que unido a una voz característica llena el escenario y compensa el cierto estatismo de sus compañeros, hacia los que tuvo continuas muestras de cariño en apariencia sincero. Para haceros una idea, veamos un parte de la interpretación de Lilith...



Galería de Inkubus Sukkubus

Para cuando quise dirigirme a ver a Qntal la cola ya era enorme a pesar de quedar algo más de una hora para el comienzo de su actuación. Iniciado éste muchos comprendimos que cien personas no iban a decidir abandonar la sala sorpresivamente, así que perdimos la fe en el milagro y nos dispersamos. Muchos nos dirigimos al Kohlrabizikus a ver una de las actuaciones principales del festival, no considerada en un principio y no por ello menos apetecible. Los míticos (al menos para mí) KMFDM.


¿Qué mejor que el metal industrial izquierdista y vacilón de Sascha, Lucia, Hodgson, Selway y White? Tenía grandes recuerdos de sus temas en la adolescencia y desde hau ruck he seguido con atención sus últimos trabajos. Potentes, ruidosos y muy grandes. Free your hate me pareció apoteósica.


Galería de KMFDM

Terminados los conciertos aún quedaba una experiencia alucinante por vivir y que trataré de explicaros a continuación, aunque puede que a nadie más que a mí interese. Había anunciada una sesión de neofolk, marcial y música experimental en el Schaupielhaus, así que decidí acercarme. El aspecto al entrar era bastante desolador, apenas un par de grupos de uniformados en las mesas y algún "desgraciao" (no es un insulto) intentando "bailar" noise en la pista.

Tomé posición en uno de los sillones y empecé a tomar notas mentales para lo que será mi libro I wanna be a neofolkischer. Comportamiento en la cantina. Dejad vuestra cerveza lo más lejos posible en la mesa, recostáos en la silla y abrid bien las piernas. Así cuando queráis beber, tendréis que incorporaros y extender el brazo por delante del resto de comensales. Este movimiento llamará especialmente la atención si lleváis correajes. Si la mesa es baja y estáis sentados en sillones, la posición de la cerveza será exactamente la misma pero habréis de manteneros totalmente erguidos y con las piernas cruzadas.

Cuando suene una bella tonada europea, vuestras mujeres saldrán a la pista y las observaréis sin decir palabra mientras os acariciáis el mentón. Acabado el baile, aplaudiréis con gesto de satisfacción y sin cambiar de posición, esperaréis a que os rodeen y os besen la mejilla accediendo desde vuestra espalda.


Un par de death in junes después la cosa parecía no dar más de sí, así que empecé a recoger las cosas y de pronto sonó una música maravillosamente triste y se elevó una voz angelical que despertaba ecos lejanos en mis recuerdos. Prácticamente fuera de mí me levanté para otear la zona del dj y fue entonces cuando la realidad empezó a derrumbarse. El lugar estaba vacío y una débil luz iluminaba las cortinas rojas que servían de fondo. Era la banda sonora de Twin Peaks! Terminó la canción y se hizo el silencio. No sonó nada más, y apenas se escuchó algún murmullo mientras los pocos que quedaban se preparaban para marchar. Una onda de tristeza se extendió por la cantina, Treffen había terminado...



I'm so sorry

...aunque todavía me quedaría camino por más de una hora a través de la zona industrial, sin alma alguna a la vista, mientras sonaba en mis oídos Shores of Sorrow de Inferi. Tenía la sensación de que nada podría ocurrir esa noche ya que me provocara reacción alguna. Si un skin hubiera pretendido apuñalarme firme y suave, hasta llegar al corazón lo hubiese aceptado. Nada quedaba por vivir después de cuatro días deshaciendo hielo hasta quedar totalmente vacío.

Treffen acaba y no, la vida sigue. Uno vuelve a "casa" con una sensación profunda de pérdida y la necesidad de volver al año siguiente. Mes a mes se va acrecentando y uno se encuentra comprobando fechas desde mucho meses antes, pensando en grupos deseados y esperando que empiecen a publicarse los primeros confirmados. Treffen arrebata y somete el espíritu. Te puede conceder tus deseos pero siempre va a exigir algo en recompensa...