Amesoeurs, almas gemelas...

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En Amesoeurs se unieron los talentos de Audrey Sylvain, Fursy Teyssier, Winterhalter y Neige para dar lugar a uno de los proyectos más interesantes con los que nos hemos encontrado en los últimos años. Formado en 2004, avanzó lentamente debido a los múltiples proyectos (y los estudios universitarios) de sus miembros y ha llegado a su fin en el inicio de este 2009 aciago. En el camino dejan dos joyas, el EP Ruines Humaines y el split junto a Valfunde; y una obra maravillosa como legado en el momento de su separación. Es Amesoeurs y aparece publicado en Europa por Code 666 y en vinilo para USA por Profound Lore Records.

Tensiones personales y el choque de ideas respecto a la dirección que debía tomar la banda han puesto fin a un excitante experimento de encuentro entre diferentes propuestas e influencias musicales: rock indie, post-punk, new wave, shoegaze, black metal depresivo... lo que llevó a algunos a calificar su sonido como blackwave, que podría englobar a otros grupos como Onryo-, Heretoir, Les Discrets (proyecto actual de Fursy del que hablaremos en otra noticia), Líam, y a los distintos proyectos de Neige, Lantlôs, Alcest e incluso Peste Noire, aunque se dirija más al black experimental y él ya no participe. Sí continúa Winterhalter, pero esto lo trataremos en su momento...

Para saber más del grupo habremos de ir a la fuente para saber que Amesoeurs (entendido como almas gemelas) consideran su música un banda sonora caleidoscópica sobre la era moderna que intenta retratar un mundo urbano en decadencia, un páramo sin vida, espacio oscuro que se vuelve demasiado real en esta era de deterioro social. Así afirman que:
    Nosotros, Amesoeurs, somo los hijos de este triste siglo metálico; receptores de las ondas agresivas e insanas de la era industrial. Siempre tan enfadados como fascinados por todo lo relacionado con las ciudades y el estilo de vida urbano, es decir por las calles sin fin de grises y amenazadores edificios, la multitud de almas que se acomodan en ellos, el movimiento perpetuo, el peligro, los sinuosos callejones, los dudosos bares cargados de humo, los viejos graffitis, las estaciones de tren, casinos y otras hostiles salas de juego, el sexo, la depravación, pobreza, ansiedad, sueciedad y el sofocante olor de la polución combinado con el sudor, la mierda y las meadas.

    Los seres humanos han sido pervertidos, engullidos por el estilo de vida urbano; han vendido sus almas barato. Vivimos un infierno hecho de metal y hormigón donde los humanos se han perdido y unido unos a otros como insectos en un gigantesco enjambre. Sombras entre las sombras, en mayor o menor medida llevan adelante sus trabajos de mierda y ahogan sus problemas y tristeza en la embriaguez. Televisión, bebidas, cigarros y risas obligatorias son sus formas de olvidar...

    El número de degenerados y depresivos se está incrementando cada día, los narcóticos son los últimos caramelos de moda, mientras en las calles se hacinan los yonquis y vagabundos, el SIDA se encuentra en las jeringuillas abandonadas en los bancos públicos. La enfermedad corre junto a las drogas, el esperma y las lágrimas en el interior de las venas de la metrópolis.

    No somos intelectuales ni políticos y no tenemos ningún mensaje que comunicarte. Solamente queremos SENTIR, contemplar y repetir los sonidos del mundo moderno y su absurdo que nos ha inspirado.

    Amesoeurs es un escupitajo, la única forma que tenemos para vomitar la ansiedad y la frustración provocadas por las dificultades de la existencia y la búsqueda de la felicidad en nuestra sociedad moderna.


1. Gas in Veins
2. Les Ruches Malades
3. Heurt
4. Recueillement
5. Faux Semblants
6. I XIII V XIX XV V XXI XVIII XIX – IX XIX – IV V I IV
7. Trouble (Éveils Infâmes)
8. Video Girl
9. La Reine Trayeuse
10. Amesoeurs
11. Au Crépuscule De Nos Réves

En la portada podemos contemplar una ciudades vacía de altos rascacielos, entre brumas, retratada en blancos y negros. Como canta Audrey en Les ruches malades...
    Entonces en la mañana,
    el sol desvela las obscenas heridas
    de esta metrópolis en expansión
    donde el veneno y los olores
    sofocan y violan las almas
    que guardan en su pecho.

Y en estas ciudades enfermas se mueven almas temerosas y sombrías que inventan monstruos en cada sombra y que en busca de luz pierden su brillo. La esperada revelación sólo arroja una mayor sensación de vacío y lleva a la eterna pregunta: ¿a qué estoy esperando?. Una vez que aceptemos que, en estas largas, sucias noches de desvelo y días de sueño, caminamos solos, estaremos preparados para defendernos a nosotros mismos.

Es Heurt (shock) tras la que entraremos en la dolorida recueillement (meditación). No encontraremos paz en ella pues un verdugo sin compasión se abate sobre la vil multitud recabando remordimientos de su servil celebración. Dolor, dame tu mano... ven aquí! Escucha, amada mía, escucha la dulce noche que camina.

Faux semblants nos conmueve con dulzura a aceptar la ausencia mediante el olvido aunque revista el riesgo de mostrar falsas apariencias que oculten una tristeza presente en el tema instrumental pues no dejar de ser responso, ya que tras los valores númericos se encuentra la afirmación Amesoeurs is dead. Trouble (Èveils Infâmes) nos enfrenta a la desesperación de comprender totalmente, sin contradicciones, un pasado en el que la dicha queda oscurecida por el engaño persistente. En el cerebro no desaparece la presión y surge la posibilidad de...
    perderme a mí mismo en la oscuridad, la profunda oscuridad,
    donde simplemente nada existe...
    sólo vacío y el refugio del silencio.

... necesario ante el ruido que insoportable arrincona todo encanto, que aún así reaparece en la esquiva visión de Video Girl. Imagen idealizada de quien estará siempre junto a tí cuando los demás te oigan pero no te escuchen, evanescente mujer que beberá de tus palabras y te comprenderá.

Por momentos nos sentiremos capaces de avanzar sobre zancos a través de la ciudad muy por delante de aquel que nos acecha, nos sentiremos capaces de enfrentarnos a La Reine Trayeuse sin que su acero pueda asustarnos. Cuando la euforia se acabe nos volveremos a sentir pequeños, agostados y combustibles. Estallará entonces la desesperación y gritaremos...
    Cuando llegue a ensuciarme,
    un sueño tras otro morirá.
    Todas esas negras caras no tomarán parte,
    y les ofreceré a ellas todo abierta, violentamente.
    Cuando arquee mi espalda
    se forzarán a sí mismos a escabullirse.

Entonamos entonces un canto a nuestra alma gemela, si es que existiere...
    Cuando la noche cerca la ciudad,
    matando la esperanza,
    tomaré tu mano en un desvío del camino
    para mostrarte las luces triste,
    para seguir las evasivas sombras.
    En un desvío del camino, tomaré tu mano
    para no dejarla ir nunca más
    y así juntos correremos
    como tontos en las oscuras avenidas.

Sólo queda la enorme, inconmensurable, Au crépuscule de nos réves (en el crepúsculo de nuestros sueños, presentado por el compañero taguchi con imágenes de la recurrente en nuestro tunel-realidad Kairo de Kiyoshi Kurosawa.



Es Amesoeurs un disco complicado por su negatividad, aunque pueda resultar por momentos incluso enternecedor, como por su propuesta musical integradora que lleva al límite la capacidad de asimilación de aquellos encerrados en sus propios estilos. Al no ser el caso de muzike.org, que siempre aplaude la promiscuidad estilística , celebramos la capacidad emocional de una música que combina la sencillez de los 80 con la intensidad forzada del post-rock y los pasajes de doble bombo del black, las voces indie en la dulce y desapegada voz de Audrey con el desgarro ardiente de Neige.

Es una pena que tantas sensibilidades no hayan podido permanecer unidas por más tiempo aunque esperamos que nos lleguen pronto nuevos cantos de infancia y esperanza en el nuevo disco de Alcest, naturaleza salvífica para el alma con Les Discrets, sardónica misantropía con Peste Noire y desarriago y depresión con Lantlôs. No queda más que poner un ramo junto a la lápida de otro gran proyecto que mantener en el recuerdo... No olvidamos!



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