Von Truñaco

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lavrenti

Von Thronstahl... Von Thronstahl... mira que son malos Von Thronstahl.

Germanium Metallicum, su más reciente disco, editado a principios de abril en su propio sello, Fasci-Nation Recordings, venía precedido por una gran expectación y la leyenda de ser su disco más ambicioso. Salvando las abisales distancias que me separan del cripto-fascismo nacional-europeísta sentía un cierto morbo ante la posibilidad de verme enfrentado a sus afrentas y amenazas pero el disco no atemoriza y su atmósfera es endeble; en lo musical no pasa de una mescolanza obtusa y poco provechosa de ritmos marciales y neoclásicos, con algún guiño al pop-rock decadente y algún intento acústico más neofolkero.

Suena falto de cohesión, casi aleatorio y muy poco grandioso... en ocasiones me da la sensación de que Von Thronstahl han pasado a ser una mera sombra de su propio esperpento, así me lo parece en los intentos por sonar amenazador de Josef Klumb rugiendo acompañado por los samples de la multitud, pareciendo más un dirigente de las antiguas SA desvariando en el bar sobre la traición de las élites del NSDAP.

Si en Heathen Harvest afirmaba que: La base de toda creación estética de Von Thronstahl es la emoción. Emoción en el sentido de realmente sacar lo que uno tiene dentro. Del corazón y el alma, para que hablen. Un viaje emocional para alcanzar las costas de nuestra hogar secreto que es Europa. Nada de esto encuentro en un disco pretendidamente revolucionario y en la práctica pretencioso en su vanidad.

Habrá llamamientos a la autodefensa contra el Nuevo Orden Mundial, a la organización de redes resistentes contra sus emanaciones y un motto ácrata incompatible con sus llamadas al respeto a la jerarquía. Frente a su abuso de la imagen de dandys europeos muestran una extraña falta de dignidad que me crea la duda de si todo esto no será más que una premeditada sátira de sí mismo, pero quizá eso sería pedir demasiada altura. Sí Albin Julius anda rastreando los pasos de Elvis Presley, pinta en mano, bien podría ser que estos hubieran decidido lanzarse a un irrisorio vacío de autocomplacencia...



las imágenes del tamborilero robótico son impagables...


Si Sacrificare fue un disco que me agradaba ligeramente en lo musical y me hacía enfrentarme al temor de una sociedad uniformada, Germanium Metallicum me desvela la inanidad de este proyecto. Sólo conecto ligeramente con Heimatfreund/Staatsfeind que prometía todo lo contrario a la travesía por el desierto que supone la siguiente hora hasta que aparece el más clásico y acogedor tema, Let the world with the sun go down. Si es que en el fondo soy un tradicionalista ¬_¬

Esto ni es avant-garde, ni retro-futurismo, ni leches; esto es una... A la pira con él!


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