No photo no way: Noches de Barracudas

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the dancer
La que se ha montao, la que se ha montao, vaya dos conciertos seguiditos en la Sala Barracudas, dulces días para el rock ‘n’ roll.






























La del jueves fue la noche avocálica, estos Liar poco amigos de los cantantes que obligan a la gente a convertirse en baterías extremos... ¬_¬

Abrieron La Familia Atávica, ese extraño y nuevo experimento del cual sólo diré lo siguiente: En el cuartito apartado, donde nunca llegó el viento árido, ni el polvo, ni el calor, ambos recordaban la visión atávica de un anciano con sombrero de alas de cuervo que hablaba del mundo a espaldas de la ventana, muchos años antes de que ellos nacieran...

Decapante son unos burros, a mí me gustan porque sus conciertos dan vida a los corazones, esa avalancha de sonidos graves se traduce en andanadas de hostias en el centro del pecho que remueven las entrañas y dejan un desaguisao de vísceras demolidas en todos los espectadores.
Una avutarda que pasaba por allí dejó al micro el siguiente y útil comentario al final del concierto: “¡Coño! Al bajista de la derecha es la primera vez que le veo la cara, ahora la nuca soy capaz de dibujársela, cierro los ojos y la veo.”

Y para cerrar, qué mejor que El Páramo, yo no me canso de decirlo, son puro sexo, su música incita a la masturbación. Esa potencia sonora no tiene nombre, llegando a las primeras filas de una sala llena, la intensidad de la descarga se podía morder. Ya les preguntamos en su día que cuándo tendrían el disco, y nos tuvieron que tranquilizar: está grabado. Ahora sólo queda esperar a que salga a la luz físicamente, que les tengo quemado el myspace de tanto escuchar los dos temas (grandes grandes) que tienen allí colgados. Bendito... bendito sea Eolo...


El viernes la cosa se presentaba igual o mejor si cabe. Más rock de ese que huele a desierto y a peyote hervido. Muchas caras conocidas en una sala totalmente llena, gente de RIP KC, de Glow (organizadores del evento), de El Páramo...

Fungus encendió la mecha con una actuación rápida y cañera, el stoner de esta banda madrileña sirvió de catalizador a la mescalina que ya iba afectando al sitema nervioso periférico. Como banda anfitriona de la ciudad representó una inmejorable bienvenida para las otras dos bandas forasteras.

Electric Riders tampoco ayudaron a que la cosa mejorara, las serpientes reptaban por el techo y la paranoia aumentaba la intensidad de las alucinaciones. Estos practicantes de la psicodelia procedentes de Iruña (esté donde esté esa ciudad de extraño nombre... :P) nos presentaron temas llenos de imágenes antiguas, de tumbleweeds y de lizard kings, y la estampida comenzaba entre las paredes de Barrcudas inevitablemente antes de llegar al último grupo...

Viaje a 800 hizo al mescal llegar al sistema nervioso central, traían su nuevo disco bajo el brazo para presentárnoslo, pero cuando empiezas a ver medusas volando entre las cabezas de los asistentes en forma de estampida de trombones la cosa ya no puede ir a peor. Los asistentes trataban, más tarde, de convencernos argumentando que lo que volaba entre las cabezas eran personas, que el concierto fue brutal y que la gente saltaba desde el escenario sobre un público entregado que, a punto estuvo de reventar la abarrotada sala. A mí no me engañan, yo sé lo que vi, Viaje a 800 sacudieron los muros de cuyas grietas afloraban medusas vestidas con caprichosas mezclas de colores. No añadiré más, salvo que los de Algeciras y Tarifa tienen otra actuación prevista para el 4 de Mayo en Ritmo y Compás , actuación que iremos anunciando según se acerque la fecha y que estoy deseando presenciar para demostrarle a todo el mundo que lo que vi no era producto de mi imaginación ni de mi denostada percepción sensorial.

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