FestiMAD 2006 parte I:
blablabla ...y llegó Tool...

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the dancer


Llegamos sobre las siete de la tarde, estaban tocando "Virgen". No se oía demasiado bien, algo normal teniendo en cuenta la lamentable acústica de La Cubierta de Leganés, otro de esos emplazamientos que se empeñan en adjetivar como "multiuso" y que no es más que una nueva muestra de la falta de locales en madrid para albergar con seriedad un gran concierto de rock. En cualquier caso, durante ambas noches los que mejor sonaron fueron los cabeza de cartel, los grupos pequeños tuvieron que sufrir de lo lindo para lograr lanzar su música al público.

Se notaba que Virgen lo estaba dando todo, los alicantinos no se cansaron en ningún momento de agradecer a la gente que estaba allí botando con ellos. Desgraciadamente no pudimos ver su set entero, teniendo que conformarnos con las últimas 4 ó 5 canciones, y puedo decir que tenían entregadísima a la todavía reducida audiencia. Sonaron los temas de su disco recién parido y titulado "Primera vez", del que habrá que hacerse eco en breve.

Hacemos un inciso en lo referente a lo estrictamente musical para decir que la organización nos dió una de cal y otra arena durante el evento (del pre-evento, acreditación etc, mejor ni hablamos). Acertaron de lleno con la idea de dotar del arenoso suelo de la plaza de toros de una efectiva moqueta que nos hizo ganar una barbaridad en calidad de vida, de lo contrario eso pudo haber sido una auténtica pesadilla (y hay precedentes). En el otro lado de la balanza tenemos los prohibitivos precios de las bebidas, 9 euros por un mini o 3 euros para una minibotella de agua (necesaria para la vida) es algo excesivo. Por lo menos aseos del recinto funcionaron sin problemas, y la gente pudo refrescarse sin necesidad de vender los pantalones en algún chiringuito de los que había en la terraza.

Tras el descanso de rigor, mientras cambiaban el stage y colocaban las típicas plataformas donde le gusta subirse al Chino Moreno (no sabemos si para estar más cerca de su público, o más cerca del cielo dado que el alcohol no termina de subirle hasta arriba del todo :P) entre el público corría como la pólvora el rumor de que en el setlist de deftones estaba escrito "Passenger (Guest)". Podéis imaginar cómo de excitad@s estabamos tod@s, varios de nuestro redactores casi se orinan encima cuando un rumor propiciado por un técnico de sonido (y buen amigo de esta casa) hacía entender que el hecho insólito iba a suceder... Bien, no hubo "passenger" a pesar de que la gente no parase de pedirla y de gritar el nombre de nuestro amado Maynard durante gran parte del concierto de deftones. Pero dio igual, esta vez no defraudaron, se oyeron comentarios acera del mal sonido, unos apreciaron deficiencias y otros no, nosotros lo pasamos bien.

Con más de la mitad del aforo de La Cubierta ya completo, y muy puntuales, salían estos orondos muchachotes (quien les ha visto y quién les ve), bueno, muchachotes con sus añazos que van teniendo ya, y un rato castigados también por los excesos, que se notan :P

Los perdonamos un poco, porque en anteriores ocasiones, aun tocando la banda de manera impecable, Chino Moreno salía cocidísimo y no cantaba un carajo, y siendo ésta una de nuestras bandas favoritas, algo de mal de sabor de boca quedaba. Esta vez, la cosa efectivamente fue distinta, o no tanto... Chino Moreno salía acompañado de su enorme pedo, que esta vez ya no llevaba dentro, estaba a su lado, se apoyaba en él, a veces parecía que bailaban con juntos. El espectáculo mereció la pena. Esta vez cantó (cuando lo hizo) más y mejor que en otras ocasiones. La sensación que producía el show era contradictorio, el propio concierto estaba ebrio, se alternaban momentos de intensidad y diversión emocionada con otros de "pero que está pasando en el escenario?!", ya me entendéis, quejidos absurdos, invención de letras, perdida del norte por parte de Moreno...




El resto del grupo bien, en su línea, el más participativo con el público el bajista, que debe ser un cachondo el tío, aunque a juzgar por lo visto este fin de semana en FestiMAD, el oficio de bajista es para gente cachonda o por lo menos "especial". A mitad de concierto, el amigo Chi se dirigía a la grada para decir "all the people up there must be smoking weed, ehh?" en referencia al poco movimiento que se veía en la grada a pesar de estar bastante llena; y ante la poca respuesta obtenida por Chi, éste se estuvo riendo un rato y acabó con un irónico "must be, must be..." entre risas, a lo que el Chino balbuceaba algo ininteligible, no sabemos si a su pedo, a Chi, o al público, luego se tiro por el suelo descojonado y debía entenderle sólo el bajista, quién estuvo un rato soltando carcajadas con el frontman del grupo para seguidamente continuar esta fiesta del metal.

Los temas fueron cayendo como bombas entre el público de la arena que sí botaba y sentía la fuerza de Mr. Moreno que, con su típico gesto de agacharse y agarrarse del tiro del pantalón, hasta se rapeó un 7 words donde quizás vocalizásemos más y mejor el público que él, pero que no le quita su punto al ya clásico. Todas las canciones eran muy coreadas y celebradas por el gentío, el staff de muzike emocionado y abrazado todo el concierto gritaba a cada comienzo de canción, mención especial a Change, en la que Chino lo dio todo dentro de lo que su soberana borrachera le permitía, pero muy bien, nosotros abrazados y con lágrimas en los ojos nos la cantamos con él, momento especial el que compartimos... feiticeira, my own summer, menudos berridos y saltos que nos marcamos con ese "shove it shove it shove it", 7 words, un delicioso minerva, digital bath (precioso), be quiet and drive muy emotivo también, impresionante change como ya decíamos, y sorpresa para un final de escándalo, y que no, no fue el passenger con Maynard, sino un increíble headup en solitario, que no esperábamos, pero durante el cual, uno de los nuestros tuvo que abandonar la posición inicial para ir a reventarse un rato contra la gente cual gladiador en su arena, el temazo lo merecía. Gran concierto de deftones, que a pesar de los excesos de su cantante siguen rayando a gran nivel durante sus actuaciones, y en esta ocasión jugaban con la ventaja de ser un aperitivo para lo que iba a venir después, si hubieran cerrado la noche la sensación hubiera sido diferente, pero como preludio fue estupendo.

Comentario aparte, el rumor del Passenger me parece de lo más normal (además los datos que tenemos apuntan a que estaba previsto), e incluso esperado, teniendo a deftones y TooL en el mismo escenario y tocando unos delante de otros, y es que quién no se masturba mentalmente pensando en que de repente iba a salir Maynard a cantar con Chino. Pero las cosas como son, poniéndose en el lugar de Maynard uno puede pensar un planteamiento tipo "que voy a salir ahí con el borracho cabrón este a cantarme yo sólo el passenger? y que luego se me abrace el tío apestoso con todo su pedo? anda y que le den al gordo...", gordo pero efectivo, como Ronaldo. La realidad es que nunca sabremos le motivo por el cuál la sorpresa no llego finalmente a buen puerto.

Hay que destacar la pasmosa puntualidad de todos los grupos, deftones terminaron en el tiempo estimado, no hubo bises, saludaron y se largaron. Siguió el descanso con los consecuentes cambios en el escenario. Dato curioso el efecto que causó la aparición en escena de la batería de TooL, la gente que había sentada en el suelo esperando a que llegara el momento cumbre de la velada se puso de pie y se hizo el silencio en el ruedo. Todos nos quedamos con la boca abierta admirando ese prodigioso artefacto de percusión, del que dicen es el más grande del panorama metálico. Increíble, aunque más increíble fue verlo en pleno funcionamiento.

El escenario ya estaba preparado y adornado con cuatro pantallas sobre las que se iban poniendo imágenes recurrentes de los vídeos y la simbología del grupo. Vimos cómo el gran Danny Carey se sentaba a los mandos de su monstruo, y cuando las luces ya estaban listas salió Maynard, botas de cowboy, vaqueros ajustados, cinturón de hevilla enorme, gafas de poli malo y cresta de mohicano completaban su atrezzo. Impresionaba verlo colocado sobre su tarima y escorado a la izquierda del escenario. La distribución de los músicos sobre el escenario ya era toda una muestra de que TooL es "diferente", en vez de la clásica estructura en forma de rombo, la batería tenía un posición predominante en el escenario y estaba flanqueada por el resto de instrumentos.

Maynard se acercó con parsimonia hasta el micro entre los gritos de la multitud, acercó los labios y con un "wake up madrid" dio comienzo el espectáculo. Algo de Scott Weiland había en él, no sólo por la vestimenta sino también por el extraño y leve movimiento que hacia con su cadera y torso, la cierto es que impresionaba.

Alucinamos con la escasa hora y media que duró el concierto. La guitarra de Adam Jones grita, maulla, habla por si sola, y su forma de ejecutar esos riffs de tempos imposibles era prodigiosa. No se movía mucho, apenas nada, pero a diferencia de otras bandas del ámbito del metal progresivo, su parsimonia lejos de resultar vacía tenía un efecto hipnótico, secundado por un aura de misterio de origen desconocido, quizá por su extraño rostro, o por la aparente sencillez con la que se mueve por el mástil. Nada que ver con Mr. Chancellor que con actitud más metálica meneaba sus greñas y pateaba el suelo, en este caso la imagen era mucho más magnificente, algo así como un personaje mitológico (me vale un minotauro xD) armado con un bajo, del que por cierto hace uno de los usos más creativos que hayamos visto, nadie sabía que un bajo puede sonar así. Y en fin, qué comentar del gran Danny Carey del que podríamos estar hablando horas, una bestia, entre canción y canción desaparecía entre las vísceras de su máquina programando y ecualizando para el siguiente tema (sisi hablamos de la batería). Demostró nuevamente que es el auténtico motor de la banda, un músico inigualable que hacía las veces de "padrino" de todo lo que allí ocurría. Impresionantes sus progresiones rítmicas ejecutadas con una precisión quirúrgica que eran algo más que una mera "base" para la música, mucho más, los símbolos mágicos, chamánicos y budistas que decoraban las piezas de su batería lo atestiguan.



Y Maynard mientras brillaba con luz propia en el escenario, con esos extraños alienígenas movimientos que tanto le gustan, menos místico en esta ocasión, pero más grandioso en su figura de genio. Se mueve siempre en el borde, unos opinan que no sabe lo que es la estética, que no la ha conocido nunca, para otros, él es estética en si mismo. A unos les da grima, a otros les produce placer verlo, de hecho uno que yo me se estuvo a punto de eyacular con el Sober. Menos mal que nuestro guía tenía el 100% del control de nuestros chakras, sólo así pudo evitar el derramamiento de fluídos corporales que, de otro modo, se habría producido. A estas alturas no nos iba a demostrar lo excepcional vocalista que es, pero volvió a reivindicar su profesionalidad, todos lo hicieron, es una banda que realmente hace un esfuerzo por explotar sus canciones en directo.

Desde el tema que arrancó el concierto, Stinkfist, el público entro en un éxtasis global que no bajó el pistón en ningún momento. Cada canción fue una experiencia, "Lateralus" con espirales girando en las pantallas del escenario, o "Schism" cuyas míticas 4 primeras notas nos erizaron los pelos y que a la entrada del no menos famoso riff de bajo a más de uno se le encogió el estómago. También fue maravillosa la interpretación del estupendo nuevo single Vicarious, de Jambi o del ya mencionado clasicazo Sober. Por no hablar del inesperado instrumental "Lost Keys" durante el cual Adam nos hizo salir de nuestros cuerpos por un instante hasta que, como no podía ser de otra forma, el tema empalmó con "Rosetta Stoned", que supuso uno de los momentos estrella de Maynard, que ataviado con un megáfono modificado se hizo con toda la cubierta a base de golpes de voz y convulsos movimientos.

Momento extraño cuando desde el público arrojaron una camiseta al escenario que Maynard cogió, y tras enseñársela al resto de la banda, nos la mostró ocultando su cara tras ella. La prenda era de la película Taxi Driver, y cuando el cantante asomó la cabeza con su cresta de mohicano, sus gafas de poli malo y su sonrisa de psicópata, un avispado redactor entendió todo aquello "¡coño, claro, es él! ¡es el puto Robert De Niro en su papel de Taxi Driver!". Mención especial también a su sombrero de vaquero que llevó en la testa durante un par de canciones, al mismo tiempo que gritaba por ese megáfono, que dotaba a su voz del tono de un texas ranger, llamando a la calma de las masas y amenazando con las consecuencias de cualquier altercado.

No hubo bises al final, la despedida, eso sí, fue muy emotiva, se abrazaron frente al público, aplaudieron, dieron las gracias, y se marcharon dejando en nuestros corazones una sensación de pérdida, de ausencia, de orfandad como jamas habíamos sentido. fue una noche especial.

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