Karjalan Sissit, devastación
lavrentiKarjalan Sissit es el brutal proyecto industrial-marcial apocalíptico de Make Pesonen, un payo de origen finlandés y afincado en Suecia que comenzó sus andaduras en el death metal allá por los principios de los 90 con Eternal Darkness. Temporalmente uniría sus destinos musicales como batería junto al vocalista Jon Nödtveidt (suicidado "porque yo lo valgo", ver noticia) y gente de Vinterland, en The Black.
Tras pasearse por sellos tan importantes del post-industrial como Cold Spring Records y Cold Meat Industry en sus dos primeros trabajos, éste, que presentaba a principios del verano, Tanssit On Loppu Nyt (algo así como "danzar en el fin" he sacado de por ahí), es el segundo dentro de Cyclic Law. Contiene los mismos elementos que se han ido mostrando en los anteriores. Musicalmente alterna la más brutal devastación industrial con pasajes ambientales, y, conceptualmente, derrama, desde sus orígenes finlandenses, melancolía, rencor, amargura, alcoholismo y anticomunismo.
Pero vayamos a los orígenes, a los antecedentes; hagamos trabajo de campo, como Iker Jiménez y busquemos esas raíces finlandesas que marcan de forma fundamental sus trabajos.
Rebuscando entre viejos legajos militares y escudriñando fotografías (usando el google vamos) nos enteramos que su tío era un Sissi, un soldado de élite del ejército finlandés. De ahí el nombre del proyecto que significa "Élite Karelia". Su árbol genealógico se origina en las gentes de origen finlandés y creencias ortodoxas que poblaban el Istmo de Karelia. Zona de conflicto habitual entre las naciones sueca y rusa que tuvo importancia esencial al pasar a formar parte de la Finlandia independiente a principios del siglo XX y que fue anexionada por la Unión Soviética tras el fracasado intento de invasión por el Ejército Rojo en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Ver Guerra de Invierno en wikipedia.
En 1941 (y hasta 1944) sería reocupada por las fuerzas finlandesas en lo que se llamó la Guerra de Continuación, lanzada de forma lateral a la Operación Barbarossa de la Alemania nazi. Aunque nación democrática, y con distancia suficiente con el régimen nazi, Finlandia llegó a formar parte del bloque anti-Comintern. Más tarde, virado totalmente el devenir de la guerra entrarían en lucha con las unidades alemanas que trataban de asegurar algunas zonas de Finlandia en lo que se llamó Guerra de Laponia.
Finalizada la guerra una parte, Karelia Este, pasaría a formar parte de la Unión Soviética y, aún en nuestros días, forma la República de Karelia inserta dentro de la Federación Rusa. Algunos grupos minúsculos siguen exigiendo la soberanía finlandesa sobre Karelia y la unificación. Finlandia no mantiene ningún tipo de reclamación territorial, aunque el tema reaparece de vez en cuando en la sociedad finlandesa (cuando hay cambios políticos en Rusia fundamentalmente), y se mantiene una especie de herida latente por el derecho moral a recuperar zonas que fueron tomadas por la fuerza. Al menos una tercera parte de los finlandeses desearían la recuperación de Karelia (la mitad de la población se opone por temas económicos).
Lo fundamental es que la guerra ruso-finlandesa del 39 y la ocupación significaron el desplazamiento de 400.000 refugiados, 140.500 se calcula que están en Finlandia y el resto en el extranjero, lo que provocó que dos generaciones después Make Pesonen se encuentre en Suecia rememorando la brutalidad del conflicto y liberando toda su frustración y odio.
"Ésta es una guerra personal contra todo que muestra mi odio! Vosotros sois el enemigo!, dice Make.
1. taa on katastroofi, saatana
2. kiitan puolestani
3. nagon vacker dag far du smaka pa finn yxan javla rip-off gubbe
4. tanssit on loppu nyt
5. ...ja verkkaritkin haisee koskenkorvalle
6. viinanjuontikoulun viimeinen oppitunti milta lyhyt ryyppy tuntuu
7. kuolema tulloo
8. oikein erityisella lammolla
9. valkoinen sisar
Tanssit On Loppu Nyt nos ofrece en poco más de media hora toda una experiencia musical bélica de carácter casi documental. No hay melodía, esto son sonidos crudos de guerra y destrucción.
Todo empieza en taa on katastroofi, saatana donde las atmósferas opresivas noise se concretan en un pasaje de percusiones arrítmicas con eventuales embates amplificados y una voz brutalmente desgarrada con ecos apocalípticos que repite insistentemente un mismo mensaje.
A lo largo del disco el terror dará paso a tétricos pasajes ambientales con cuerdas lejanas, breves retazos de melodía y narraciones graves. Son las horas tensas, en la noche, previas a nuevas ofensivas. Serán minutos de tensión hasta comenzar a oir el mensaje radiado, que abre tanssit on loppu nyt, roto por la ofensiva brutal de las percusiones y los agresivos mensajes de la voz cuál órdenes lanzadas sobre ejércitos que avanzan entre las ruinas de la civilización.
Y en el intermedio, el silencio... antes del nuevo embate.
...ja verkkaritkin haisee koskenkorvalle marca otro paréntesis tenso con narraciones en la oscuridad de los refugios tras el fin de los bombardeos. Viinanjuontikoulun... sigue el camino de las duras percusiones pero esta vez el tempo es mucho más bajo. Es una canción de castigo, de represión con órdenes dirigidas a la masa. Irá seguida por la abrasiva koulema tulloo.
El disco se cierra con lo que parece una confesión sobre unas llamativas cuerdas en oikein erityisella lammolla y valkoinen sisar recuperación del sonido de los años 30, otro de los distintivos del grupo, con sus acordeones, su ambiente burgués decadente y las relucientes voces. Un último ejercicio melancólico de una época ideológicamente absurda en la que las naciones, arrastrando a sus pueblos, se lanzaron, o se vieron enfrentadas, a conflictos devastadores en un escenario de guerra total.
Como apunte, si uno de los principales valores del disco son los tres temas más fuertes que marcan las etapas, lo cierto es que los más ambientales muestran gran cuidado y generan el estado emocional necesario para sufrir los posteriores escenarios de lucha, aparte de crear una especie de estructura narrativa para el disco.
Respecto al resto de sus trabajos es continuista, en un paso más en la misma línea, aunque siendo, si cabe, todavía un poco más amelódico y oscuro. Se echan de menos algunos coros como los de Avioero de Karjalasta Kajahtaa y la pérdida de cierto punto melancólico en pos de representaciones del más absoluto yermo emocional tras la batalla.
Karjalan Sissit nos enfrenta, de nuevo, a un trabajo brutal que destroza las mismas bases del marcial, y del industrial, con una nueva interpretación del sonido esclavizado a la representación de la guerra, el dolor, la pérdida y el odio. Se podría englobar dentro del sonido de sophia, In Slaughter Natives o Kreuzweg Ost, sin el absurdo de estos últimos, con un grado más de destrucción, y pasado todo por la trituradora misántropa de Make.
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