Sombras del sol

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lavrenti

In memory of
A missing person
An angel
A flight of ravens
Into the sunset


Porque Ulver lo vale no podíamos dejar pasar más tiempo sin traer uno de los mejores discos de 2007 a estas páginas, Shadows of the Sun. En el mes de octubre del año pasado se editaba el nuevo trabajo del, ahora, trío formado por Garm, Jørn H. Sværen y Tore Ylwizaker, y no podemos valorarlo de otra forma que como una melancólica obra de arte.

Pero hagamos un poco de historia para aquellos que no la conozcan y ahondemos en remarcar lo que la eclosión de la crisálida formada a partir de la inicial trilogía Black metal devino en criatura excelsa de luces y sombras. El Lobo (significado de Ulver en noruego) nace en el año 1993 dentro de la ola de black metal noruego y comienza a andar con demos de doble bombo, guitarras ruidosas y voces deformadas. Aún así entremezclaban temas acústicos con voces limpias en un intento por desarrollar historias inspiradas en el folclore escandinavo. En aquel entonces cantaban en danés y noruego. Eran los tiempos de Vargnatt y Bergtatt - Et Eeventyr i 5 Capitler.

Kveldssanger vería la introducción de chelo, guitarras y coros clásicos en un intento inmaduro por experimentar con otras referencias que se verían, de alguna forma, de nuevo arrinconadas con Nattens Madrigal - Aatte Hymne til Ulven i Manden. Cuentan en wikipedia, de donde tomamos muchos de los datos biográficos, que la baja fidelidad del disco se debió a dos motivos, uno intencional (que haría correr el rumor de que se grabó en un bosque) y otro que permitió desviar el dinero aportado por Century Media a trajes de Armani, cortes de pelo, coches, cerveza y cocaina.


La llegada de Tore Ylwizaker y la amplitud de miras de Garm provocaría una reconversión absoluta del sonido introduciendo elementos del industrial, la música electrónica experimental y el metal progresivo. Fue el momento de la gran traición de Ulver para muchos true blackers. Todavía hay quien indignado aparenta desconocer el devenir posterior de la banda y sigue abrazado a sus cintas de la primera época.
    La percepción del black metal se ha vuelto adoración y emulación. Una forma banal de romanticismo. Nuestro cambio de dirección viene de un deseo natural de llevar las cosas al siguiente nivel. Era también nuestra forma de expresar una realidad más compleja, representando algo más que sólo una negación simple del Cristianismo.

    Garm en Heathen Harvest.


Tras esto se internarían en el minimalismo, la creación de atmósferas, la composición de bandas sonoras y, siempre, la experimentación libre de toda frontera estilística. Así dieron lugar en 2005 a su excéntrica obra cumbre, Blood Inside, donde se permitían elaborar creaciones de electrónica inteligente a lo Autechre mezclada con metal avant-garde, arreglos orquestales, atmósferas arrebatadoras, breakbeats, boogie y guiños jazzies. Hubo quien pensó que, como Terry Gilliam en Tideland, habían por fin alcanzado el desastre que querían.

Debo confesar que este trabajo me generaba sensaciones contrapuestas, alcanzando momentos memorables y confundiéndome hasta extremos que ponían a prueba mis límites de resistencia. Así It is not sound podía transmutar en cuatro minutos mis anhelos en desesperación. Con cierto temor a ver de nuevo amenazado mi entendimiento de lo que la música es y debe ser me acerqué cautelosamente a Shadows of the Sun, su disco más personal hasta la fecha, y quedé totalmente extasiado y rendido.

1. Eos
2. All the Love
3. Like Music
4. Vigil
5. Shadows of the Sun
6. Let the Children Go
7. Solitude
8. Funebrae
9. What Happened?

Un disco tranquilo, triste, oscuro y magnífico en palabras de Garm; extremadamente bello. Eos queda ya para siempre como una canción esencial, que justifica por sí misma el hecho mismo de existir (sentido último de la vida). La naturaleza es deprimente, estamos aquí sólo para morir, pero cuando surgen los ecos de los coros en el fondo hacia el final uno entiende que ha merecido la pena llegar hasta este punto y agradece que continúe All the love con sus lentas percusiones y la presencia del temor a aquello que no entendemos, los poderes del bien y el mail.

Todo es sutil es Shadows of the Sun, dulce y enigmático, candoroso y frío. Las guitarras, los violines, chelos y pianos surgen lentamente y se sumen en las sombras. Entonces, aparecen las trompetas y, pasado y futuro, desilusiones, promesas y esperanzas se funden en un mismo sin sentido tan, o apenas, doloroso como brillante. Lo único que nos hace humano, el amor, aún tras la extinción. Bello, intenso y doloroso like music. La voz de Garm es clara, nada excesiva como en otros trabajos, dulce y explicativa. ¿Puedes oirlo, está desapareciendo?


Y llega el silencio y, de entre las sombras, se elevan de nuevo las atmósferas cargadas de enigmáticas resonancias hasta que se recompone una melodía de piano en Vigil y como el sol vuelve a aparecer una preciosa composición tras el horizonte, como una flor abriéndose sobre la tumba, como una guitarra desperezándose en aleteo.

En la noche, cierra los ojos y mira las estrellas. La inocencia muere en el momento en que nos preguntamos porqué vivimos, amamos y morimos, y porqué la vida sigue. El disco vuelve a implosionar para sentenciar, sin sueños no tenemos nada.


Así llega el momento de rendir tributo a Black Sabbath con una sensible interpretación de Solitude antes de internarnos en el agujero negro presente en el centro de la cruz de Funebre donde se esconde un esquivo violín y el tembloroso theremin.

What Happened?... girando en torno al vacío hemos sido expulsados hacia donde no queda nada, allí donde podemos comprender lo que somos. Asumimos entonces lo que le hemos hecho al mundo y ocultamos nuestra cara entre las manos. El sol moverá de nuevo las sombras y podremos cambiarlo, aunque por momentos volvamos a sumirnos en este estado de fría asunción. Dos minutos de silencio y fin.





under the moon
the wolves gather



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