Orplid, el corazón del Grifo

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lavrenti


Bellos como Dios y su ejército celestial,
Déjanos, a nosotros, ángeles del Imperio Inferior,
tomar la plata, no de las vacías piedras,
de las ciudades, y mañana de la tierra.


Allá por el mes de octubre, igual fue en otra fecha, el dúo germano Orplid publicaban nuevo disco, Greifenherz, en el sello Auerbach y creo que éste es un buen momento, aunque haya pasado el tiempo, para dedicarle un espacio.

Orplid nace en el año 1996 como medio de expresión de Uwe Nolte (Barditus) y Frank Machau tras militar en una larga serie de grupos de metal. Optan por la música acústica de corte folk y por temáticas relacionadas íntimamente con los mitos y las leyendas germanas, manteniendo un contacto directo con la naturaleza. Su expresión no se limita a la musical, siendo de especial importancia tanto las ilustraciones de Uwe Nolte como las letras, inspiradas en la poesía alemana clásica y contemporánea. El propio nombre de Orplid proviene de Gesand Weylas del poeta romántico Eduard Mörike. Este poema describe un paraíso más alla del mar, un mundo puro, sin mancillar, donde las almas perspicaces encuentran su hogar. En sus propias palabras, Orplid ofrece un refugio construído con Lirismo, Belleza y Canciones.

Con el tiempo el grupo ha ido alejándose de, o integrando nuevos elementos en su, caracter neofolk dando paso a una suerte de pop electrónico neoclásico con guitarras acústicas y percusiones ligeramente marciales. Comenzaron tímidamente en Nächtliche Jünger y lo confirmaron en Sterbender Satyr (Frühe Werke fue una recopilación de sus inicios). Según afirmaban en Lords of Metal la frialdad y perfección de la electrónica se contrapone a la candidez y la naturalidad de la música acústica para llevar a otro nivel de abstracción y artificialidad las letras.

Letras que tratan sobre la guerra, la muerte y la decadencia, pero también la fuerza y la belleza, a través de figuras míticas como la del Grifo, criatura mitológica con cabeza y garras de águila, y cuartos traseros de león. Leemos en wikipedia que su origen se remonta a las pinturas y esculturas de los antiguos babilonios, asirios y persas, y que se ha extendido a través de Grecia, Roma y los pueblos germanos hasta ocupar un sitio destacado en banderas, escudos y blasones. Añado que eran típicos de Hiperbórea :?

El disco maneja la figura del grifo de forma ambivalente, presentando su eminente fuerza y belleza en contraposición al peligro que entrañaba encontrarse con uno hambriento ya que tenían tendencia a alimentarse de caballos y jinetes. Sin embargo, solía ser buscado por cazadores ávidos ya que atesoraban grandes cantidades de oro y sus huevos eran de ágata.

El disco adapta a canción poemas de Rolf Schilling, Luzifer y Gesang An Den Horusfalken (aunque ésta sea declamada sobre atmósferas), así como Der Anarchist de Frank Wedekind, pero no se pongan nerviosos nuestros uniformados lectores puesto que no lo harían desde un punto ideológico, sino de respeto hacia una persona que rompe con todas las cadenas que le atan a la sociedad y por ello ha de afrontar la muerte.


1. Falken-eid I
2. Luzifer
3. Schwertgesang
4. ...
5. Totenesche
6. Myrmidonenklage
7. Des Sperbers Geheimnis
8. ...
9. Schlaf Im Mohn
10. Traum Von Blashyrkh
11. ...
12. Der Anarchist
13. Gesang An Den Horusfalken
14. Falken-eid II


En lo musical, Greifenherz es un disco que me resulta interesante para una escucha nocturna aunque resulte extremadamente frío. Cuando apunta a lo épico, como en el inicio con Luzifer está dotado de buenas percusiones y la electrónica aporta desde un segundo plano, pero pierde un poco por la presencia de las guitarras eléctricas y me desencanta con la aparición de la voz de Uwe. Trata de dotarla de teatralidad y por eso acaba quedando en la exageración de Deine Lakaien que siempre me genera este pensamiento: vale, sí, pero...
    Falken, die heiligen, Werke zu segnen,
    Zucken am Himmel, den Blitzen zum Raub,
    Feuer wird fallen und Asche wird regnen,
    Schlangen, sich sonnende, spielen im Staub.


Me convence más cuando aprovecha sus graves pero no exagera como en la death in junera Schwertgesang, en la que canta sobre la guitarra acústica y las atmósferas. Aún así hubiera subido en producción un tanto la base musical ya que en comparación con el tema anterior se sitúan demasiado en la distancia.

Será en Totenesche donde nos encontremos la voz de Sarah Fink, vocalista femenina que colabora en esta ocasión. Su actitud también es fuertemente teatral. Genera sensaciones de extrañeza y un buen ambiente general que anuncia la inevitabilidad de la decadencia. A pesar de la tendencia natural a reseñar los temas más épico será en el bajo perfil donde el disco alcance algunos de sus mejores momentos, incluso en Myrmidonenklage donde vuelve a exagerar Nolte pero creándome la sensación de que enlaza más con el ambiente, siendo el mejor el de Der Sperbers Geheimnis.

Schalf im Mohn se acerca al industrial de corte marcial bajo la sombra de la derrota, aunque aquí flojeen un tanto (a diferencia del resto del disco) las percusiones. No en vano despertaremos en la guerra y cuando tirados en el suelo lloremos diciendo Podíamos haber sido hermanos, el enemigo o el aliado nos responderá con una batería de proyectiles. Traum Von Blashyrkh nos muestra una canción de electrónica neoclásica no exenta de misterio, creado con la voz de Sarah Fink narrando como una historia de terror en la que noche tras noche se repite el mismo sueño en el que caemos sin freno a través de la tormenta, y la batalla es inevitable pues los tiempos del Lobo han llegado y Heimdall está tocando su cuerno. Gracias a un insistente loop de percusión y algún detalle de cuerdas sampleadas, mientras juguetea la voz de Sarah, consigue crear uno de los mejores temas del disco. Leemos en alguna entrevista que se trata de un homenaje a Immortal :? Me recuerda a algunos temas del proyecto Persephone de Sonja Kraushofer.


siempre una referencia para el dark folk

Lo que quedará por delante será la leve recreación de Der Anarchist, la heredera de la tradición spoken Gesang and der Horusflaken, y que Sarah Fink retome la letra intuída en el primer corte de apertura, Falken-Eid. Lo hará sobre unas guitarras tratadas que crean una sensación de extrañeza aunque el tema sea dulce. Esta parte final sin dejar de ser agradable tampoco consigue crear en mí ninguna experiencia excelsa, por lo que el disco aunque meritorio por su variedad me deja una sensación general de anhelos insatisfechos.

Curiosamente los temas con los que más conecto son los puentes instrumentales, ..., generando el primero una tensión enorme en sus sonoridades neoclásicas marciales, planteando el segundo un tratamiento electrónico interesante de unas percusiones y cuerdas excelentes, y el tercero unas guitarras interrogantes mientras se repite el sample Why are we fighting? We don't want to fight at all tomado del festival de Altamont de 1969 en el que, durante la actuación de Rolling Stones, un Ángel del Infierno, encargado de la seguridad, asesinó a un joven afroamericano. Se considera uno de los puntos críticos para declive del movimiento hippie.

Hasta donde sé, estos chicos no tienen myspace así que pasaos un rato por su web oficial si así lo consideráis oportuno.


Reicht mir in der Todesstunde
Nicht in Gnaden den Pokal!


PD: también echo de menos algún youtube, así que ahí va un Call of Wintermoon con su brujo pirujo y todo...



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