Glow, Viaje a 800 y unos grandiosos Orthodox

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lavrenti

Pongámonos en situación... día siguiente al concierto de Berri Txarrak, concierto en la sala Silikona de Moratalaz (Madrid). Tres grupos, algo de stoner... Desgraciadamente llegamos tarde de modo que la actuación de Viaje a 800 ya había finalizado. He de decir que su trabajo Diablo roto dË... me ha gustado bastante... fue editado hace ya tiempo (creo que en el 2001) y presenta un interesante stoner en castellano. Lento, lejano (¿evocador?), y con buenos cambios de ritmo. Una pena no haberles visto...

Llevábamos unos minutos en la sala cuando comienza a sonar una marcha cofrade de Semana Santa y aparecen tres nazarenos negros con soga al cuello que colocan un incensiario en el centro del escenario y comienzan a ejecutar una suerte de doom extremadamente lento con poderosos arranques de batería.

Un ambiente extremadamente opresivo que durante algo más de media hora me mantuvo en tensión... ningún comentario entre medias, y una actitud totalmente ajena. Apenas ninguna concesión melódica configuraban un sonido atormentado. Voces las mínimas y muy oscuras... pero que cuando entró a mitad de concierto con amplios ecos me "erizó" de cuerpo entero oiga!.

Un colega que andaba por allí comentaba que "a veces da la impresión de que no existe el tema"... y quién lo necesitaba ;)

Tras ellos salieron a escena Glow que presentaban su segundo trabajo, Gone, But Never Forgotten. Con un stoner más cercano a tesituras hard-rockeras en inglés llevaron adelante una meritoria actuación. Quizá al ser un sonido más técnico y elaborado resultó más complejo de acoplar técnicamente y la voz quedaba un poco baja de volumen respecto del resto. Entre otras cosas no fue posible entender ninguno de los comentarios que hizo hacia el público.


Pero, bueno, volvamos a Orthodox... esta banda andaluza de sludge-drone-doom-loquesea formada al ocaso de 2004 y albor de 2005 presentaban su primer trabajo, Gran Poder. En busca de conformar una catedral sonora se define su sonido como con influencias musicales (Black Sabbath, Pink Floyd, Melvins, Sleep) entrelazadas con la peculiar forma de percibir el folclore religioso de su tierra dando lugar a una música de aspecto litúrgico a base de repeticiones obsesivas, minimalismo, feedback, distorsión y drones infinitos.

A mi modo de ver, la música de Orthodox conecta directamente con los centros psicológicos del terror. Algo así... en permanente lucha contra la melodía, subliman su ejecución a la brutalidad marcial de una batería siempre amenazante. Su obsesiva labor instrumental va lentamente sometiéndonos a pasajes de sonido torturado con una componente psicodélica interesantísima (veo reminiscencias setenteras). Sus salmos son crispantes, apocalípticos.

En esta entrevista dicen:
La música es algo muy serio para nosotros. No estamos hablando de fiestas, chicas, drogas y toda esa mierda. Usamos la música como vía para expresarnos al nivel más alto que podemos. Incluso cuando utilizamos algo de humor negro. Es algo primitivo, es ritual.


Tanto su música como su presencia física hacer resurgir las figuras (ya minusvaloradas) de los nazarenos y su misión crucial de crear temor entre el pueblo a la omnipotencia caprichosa del Creador. Así Orthodox (a partir de aquí viene lo que interpreto/invento) no me parecen una representación satánica, sino la sublimación de los peores mensajes de sufrimiento, miedo y sumisión de la religión cristiana.

Gran Poder son 58 minutos planteados sobre tres inmensos temas y un intermedio. Geryon's Throne son veintisiente minutos de sufrido devenir por las peores estancias celestiales de KulT con sus ángeles llamando a rebato a las masas entregadas a la loa continuada a un dios borracho y enfermo. Las tres cabezas en el cuerpo único del grupo dando forma a un monstruo. Demonio sobre el que Dante descendió al nivel octavo del Infierno.

Un mantra de guitarra y bajo nos irá introduciendo muy lentamente en ambientación mientras que los platillos y el bombo (mucho más bruto en directo) van generando la tensión necesaria. Y así como olas de la marea creciente la batería irá creciendo en complejidad haciéndose con el tema. La guitarra ya en un segundo plano tendrá la libertad suficiente como para hacer pequeños intentos melódicos que sufrirán la aplastante presencia de la parte rítmica.

Hasta el corte a los nueve minutos, a partir del cual se sucede una sección extremadamente lenta y la entrada de la voz. Sus exhortaciones mantenidas dan el definitivo toque apocalíptico creando una sensación extremadamente extraña y aportando al grupo una sensación de originalidad dentro de las limitaciones autoimpuestas..

Llegan a los trece minutos las disonancias de una guitarra ya en primer plano que enlaza con conceptos más death/black al grupo... hasta la nueva ruptura y el sonido del bajo tocado con arco y los acoples. Tras una impresionante ascensión rítmica hasta la extenuación se atisba un intento melódico que es inevitablemente castigado por la brutal percusión. Será el momento de entrada de nuevo de la voz apoyada por histéricos alaridos.

Ya sólo nos quedará una última y agónica vuelta al principio del tema, cerrando un círculo opresivo que puede maravillarnos o derruirnos durante veintisiete minutos. Una batería tremebunda nos dejará arodillados ante, y a merced de, la madera y la piedra.

Totalmente rendidos nos adentramos en otro largo tema en el que ya la disonancia y la arritmia predominan hasta recibir un nuevo embate de la voz. Su discurso es poderoso aunque a veces tan alargada su ejecución que da cierta sensación de temblor. ¿Están los pregoneros del Mensaje también sometidos al terror que emana del mismo?


Oficio de Tinieblas es una corta exequia con un extraño punto bello aportado por el teclado.

Cierra El lamento del cabrón en el que un solitario platillo irá aguzando nuestras sentidos y manteniéndonos en tensión ante su inesperada presencia. De nuevo se irá construyendo el tema a nuestro alrededor con la entrada paulatina de las cuerdas. Así preparándonos para el pregón radiado y la extraña sensación ritual.

La batería corta para un extraño pasaje rockero de influencia stoner que nos despertará durante unos momentos para sacarnos del penoso marasmo de quietud al que habíamos sido arrojados. Movemos con fuerza nuestras cabezas entregados a la lamentación.

Y así iremos decayendo sobre los acoples para volver a bajar la cerviz ante la presencia omnipotente de la batería. Esclavizados a este suplicio nos mantendrán durante la parte final del disco asustados ante los sorpresivos latigazos... ¿Son los teclados del final una breve ilusión de la libertad que podría haberse perseguido? ¿O es la miel de la trampa para mantenernos vivos e ilusos en la esclavitud?


En resumen... un gran trabajo para los amantes de los sonidos profundos, de los desarrollos extremadamente lentos y de la experimentación. Quedamos a la espera de próximas noticias de la banda y (¿por qué no?) de alguna entrevista...

El disco ha sido editado por Alone Records de Málaga. Podréis encontrar información tanto de él, como de los dos trabajos comentados de Glow y Viaje a 800 en su página web.




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