First we take Manhattan, then we take Pyongyang!

Ante el anuncio hecho ayer de la presencia de nuestros amados Laibach en la capital del mundo para la celebración de dos actuaciones, no podemos más que, henchido el pecho y con la vista en la cúspide del Monte Paektu fluyente en lágrimas, loar al Brillante Camarada por una nueva demostración de que si existe un pueblo unido, en paz, abierto a la concordia humana y amante de las artes y la cultura, éste es el pueblo coreano bajo la guía del saber Juche.

Dentro del Liberation Tour Day que recien abandonaba las salvajes tierras norteamericanas, esta próxima escala acontecerá el 19 y 20 de agosto; y unos días después pasará por el Entremuralhas Fest de Leiria. El público norcoreano es bien famoso por su entusiasmo (dales un cartulina y prepárate a flipar), así que preveemos un gran éxito del que esperamos quede algún documento gráfico si no es posible gestionar nuestras visas a tiempo (Don Alejandro haga el favor). Todo sería perfecto si pudiéramos doblete y ver a Monranbong.

Aprovechamos para corregir a algunos medios (aparte del calentón no-entiendo-nada de Side-Line) que han afirmado que sería la primera formación de música popular occidental en el país; esto sería en el caso de actuar en directo si finalmente es cierta la información y no un juego de engaños y exaltación del totalitarismo, no que haya entrado al país con el precedente de Peso y Pacman...

Y no queremos cerrar esta publicación sin recordar estas sabias recomendaciones para nuestros 2 o 3 lectores:

Deben elevar la producción en las minas carboníferas resolver decisivamente el problema del transporte como el ferroviario y lograr innovaciones en cooperación de las ramas de electricidad.

Discurso de Año Nuevo

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