Por fin, Emma Ruth Rundle

Comparte en:
lavrenti


muzike.org se distingue por llegar tarde y mal así que publicamos este artículo dedicado a su nuevo disco un par de semanas después de su publicación y en la madrugada anterior a su actuación en la sala Changó de Madrid y domingo en Barcelona -en el AMFest-, tras haber pasado por el Mareak Jaialdia de Bermeo, Oviedo, Oporto y Lisboa.

Pretendemos que resuelva cualquier atisbo de indecisión que pueda subsistir en aquellas personas que debieran asistir a este concierto. Nuestra presencia es inexcusable puesto que Emma Ruth Rundle, desde la publicación de Some Heavy Ocean y sus discos posteriores se ha convertido en una figura dominante en nuestro universo sonoro. Vivimos como una tragedia la cancelación del concierto del año pasado -por supuesto entendiendo que fue causa mayor médica- y llevamos desde el mismo anuncio de su presencia en este 13 de octubre contando los días. Más cuando iba unido a la publicación de On Dark Horses que hemos quemado de forma cuasi-obsesiva en los días previos.



Desde aquel 2014 hemos estado atentas a todos sus movimientos y echado la vista aún más atrás; sabemos ahora que publicó un primer disco en 2011 que con el título de Electric Guitar I era una compendio de experimentaciones a la guitarra, que fue integrante Red Sparowes -lo desconocíamos aunque sea una banda de nuestro gusto que lamentablemente nos perdimos en directo-, y que con parte de sus integrantes formaron otro proyecto por el que también sentimos predilección, Marriages. Podemos ver su excelente actuación en Audiotree:




Asistimos a la publicación de su split con Jaye Jayle, banda que abrirá el concierto y que completa la formación de Emma en escenario. No en vano Evan Patterson es su partenaire existencial, ha grabado las guitarras y pone voz en el single. En el split de un tema cada uno The Distance tuvo vídeo y deseamos verlo de nuevo...



Leímos entrevistas, tratamos de escudriñar el significado de sus canciones, y aun a estas alturas apenas tenemos una imagen ligeramente definida de lo que Emma siente y quiere transmitir, y los sentimientos e imágenes que nos inspira. Todo lo que se deriva de su creación musical es extraordinariamente conmovedor, sugerente, doloroso y tan puramente luminoso que nos atrae como a una polilla sin poder discernir si es la Luna, un farol en un porche o un foco de un coche en movimiento contra el que acabaremos aplastadas.



En lo puramente formal, su sonido resulta igualmente inclasificable en este marasmo que hemos decidido llamar no-folk como espacio no definido que no es rock (ni siquiera post), no es pop, no es folk -desde luego no es americana- pero tiene reminiscencias de todo ello. No es tan oscuro como el sonido de Chelsea Wolfe, sensible como Marissa Nadler (compañeras de sello), tradicional como Emily Jane White, futurista como Zola Jesus o desequilibrada como Aldous Harding; pero sentimos una fuerza cohesiva en todo ello y tenemos fe qes que es parte de un movimiento revolucionario destinado a cambiar la historia de la música y de la sociedad.

ERR afirma que la música para ella es una forma de analizarse a si misma y que le sirve como alquimia psicológica para desarrollarse en libertad, y quizá sea de esta combinación oculta que en nuestro oído genere reacciones incontrolables de liberación con su gozo y temor inherentes. Ella tiene canciones para todos; tanto para quien tiene el corazón roto como para el optimista.

El anterior disco fue el complicado Marked for Death, dibujado en dos meses de soledad en el desierto y con demasiado alcohol, que marcó indeleblemente nuestro otoño de 2016 y que en su experiencia vital supuso un final de trayecto.


I am worthless in your arms
but you offer this protection no one else has given me


Era un disco en el que la autodestrucción es vista como un método de supervivencia; afirmaba que sin la música ella estaba fucked up, por lo que de la decepción y la pérdida sacaba las fuerzas para construir una estructura de amor consistente en la que guarecerse del exterior, de la sociedad y la realidad. Una fantasía más estable y normal que el marasmo caótico y agresivo del presente. Y aunque es un movimiento de repliegue en la propia concha que muchas compartimos, lo cierto es que al traducirse en disco y ser llevado a directo , o ser expresado de cualquier otra forma pública como este artículo, es un ejercicio de exposición que de alguna forma nos reconecta con el exterior, con el otro que comparta la experiencia.

Decía en el principio de Real Big Sky que...




Finalmente lo llevó a estudio, salió de gira y estuvo sin beber seis meses hasta que tuvo que ser intervenida de un grave problema médico. En todo el proceso hubo una transformación, una asunción y comprensión mejor de si misma, y aunque sea vea compelida en ciertos momentos a retomar viejos hábitos nada ha de volver a ser lo mismo.

Para este On Dark Horses se recluyó en un escenario tan diferente como Louisville (Kentucky) (en otros sitios hemos leído Cornwall pero no nos encaja) buscando reconectar con el sentimiento extremo de soledad que le ayuda en la composición pero no esta vez con intención autolesiva. Unas semanas después estaba preparada para ponerlo en común por primera vez a una banda y llevarlo a estudio con Evan, Todd Cook (también de Jaye Jayle) y Dylan Nadon (Wovenhand), dejando margen a que hicieran suyas e interpretasen a su manera ciertas partes.



Y el resultado es otra joya cuya escucha merece haber aguantado hasta octubre de 2018 y hasta este sábado por venir. Un disco que no por agradable a la escucha es sencillo, que no por haber emergido de las sombras no nos va a poner a prueba. Trata los miedos, la ansiedad, estados de profunda confusión y de esa punzante sensación nostálgica que emborrona el presente, de apatía y abandono, de pasados traumáticos superados a lomos de corceles oscuros, de superación del dolor, y, fundamentalmente, de amor (Wade out in the water now with you my love - There’s nothing like the feel of it and you).



No era nuestra intención aquí hacer un análisis del mismo, ni divagar en interpretaciones personales, si no conminaros a adentraros en él, a no resistiros a su encanto, mostraros vulnerables a sus emociones y a asistir a su puesta en directo. Comienza con Miedo, un sentimiento, ¿es real? y acaba en ya no tienes que llorar; lo que sucede entre tanto, ya sea todo lo complejo que queramos en lo emocional, es vivido en todo momento con deleite.

Everyday I’m fading away again, It’s my kind
Every night I come back to life again, it’s my time to shine


Y no queremos cerrar este disco sin recordar la canción que primero nos hizo ERR-dependientes, The Shadows of my Name que vemos en directo en la Glass House del sello...



Please forgive my name
I won’t speak at all
Just to sing again



Artículos relacionados: