Sangre Cavallum, patria granítica galaico-portuguesa

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Sangre Cavallum, desde Callaecia, elevan su grito de Defender a Herança! en una de las propuestas más interesantes del folk galaico-portugués (con tintes rituales). Una banda de trayectoria dilatada, nacida en el otoño de 1997, presenta este mes un split junto a Allerseelen, habiendo colaborado habitualmente con Kadmon (Gerhard Petak).

Desde su propio nombre, en dialecto mirandés propio de la zona de Miranda do Douro, hacen referencia al río y a la sangre de sus ancestros que todavía corre por su tierra como el tal Cavallum. Y ejecutan su folk tradicional, imbricado esencialmente con su pasado cultural, con instrumentos tradicionales recuperados, como la gaita (reclamada como originaria de pueblos tan diversos como el sueco, el alemán, el irlandés, el gallego y los korn), las percusiones o las flautas; con un entendimiento ritual-industrial en pasajes repetidos con afán hipnótico.

Antiguas y nuevas canciones como tributo a la tierra de nuestro nacimiento, en lo que siendo una vuelta al pasado realmente es un avance, un paso adelante. La música es la tradición viva, la esencia sobre la que avanzar hacia la dimensión espiritual.

En este caso tratamos su segundo disco Patria Granítica, tras su magnífico Barbara Carmina, en el que, tras haber explorado la importancia simbólica y vital de la vid y el vino en su cultura, se acercan al sentido espiritual e histórico de la piedra. El granito de las reliquias megalíticas, de los asentamientos en los castros y citänias, en el que grabar símbolos sagrados; petroglifos y ruedas dentadas que se perpetúan hasta nuestros tiempos como legado del pasado.


Callaecia es para ellos "pueblo, herencia, cultura bélica, mágicas piedras, miles de ríos encantados, verdes colinas, puestas de sol en el mar, vino, lluvia del atlántico, todo cayendo..." afirman en esta entrevista para Heimdallr.

Me preocupo por mi región de Callaecia en todo lo que tenga que ver con su supervivencia y protección. Tengo un gran respeto por las patrias europeas (y sus pueblos), pero no por las naciones-estado formadas por conveniencia, ciego confort y riqueza. La ausencia de autodeterminación lleva al consenso colectivo por motivos puramente administrativos. No hay "ethos" detrás de la hegemonía no-primordial de la Europa contemporanea. No me siento parte de nada que no sea de mi tierra natal.

Antes de dar forma a "Ciudadanos de Miranda de Douro" como alternativa electoral o de lanzar una campaña de anexión ibérica bajo la Corona del Rey Juan Carlos I de España y Portugal, he de decir que comparto la importancia, y la necesidad, de mantener viva la esencia cultural, salvaguardándolas de la omnímoda, destructora y general, cultura europeo-estadounidense de masas. Y si pervive será gracias precisamente al esfuerzo diverso de la multiculturalidad, haciendo posible sentir estos cantos galaico-portugueses al tiempo que se persiguen otros referentes lejanos y casi perdidos como pueden ser las percusiones africanas (recuerdo ahora las creencias en los fetiches de Kirikú). Todos estos intentos de romper con el estándar cultural serán siempre, enriquecedores de por sí, bienvenidos y agradecidos por muzike.org (mal que le pese a Losantos y demás voceros del choque de civilizaciones).

01. Luras de Breu
02. A canção da Preda
03. Cantilena de Pedreiros
04. Monólogo Pétreo
05. Pedra-Pátria
06. Primabera dos Bombos de Pedra
07. Callæcia ao Peito
08. Igrejas Derrubadas
09. Pátria Fecunda
10. Nabia Corona

Y así, tras el discurso, nos introducimos en los vericuetos (o turrón como diría pain) de un disco que con sus gaitas, flautas, tormentas de percusión y el sonido acuoso de los instrumentos de cuerda nos ofrece baladas, narraciones y cortes eminentemente rituales.

Duro como la piedra, mantiene la épica de las tierras enfrentadas al fin del mundo, frente a las que la barca solar de Arien se sumergía hacia el mundo de las sombras; y de sociedades matriarcales y sus creencias en la diosa madre de las religiones pre-indoeuropeas.

En comparación con Barbara Carmina muestra un poco más de sofisticación, con aparición de instrumentos eléctricos y alguna atmósfera puntual, y, si cabe, más oscuro, evocador y cargado de nostalgia (ahí está el tremebundo Cantilena de Pedreiros). Morriña como sentimiento e identidad particular de un pueblo.

Partiendo de un Luras de Breu (echo de menos esa niña diciendo Barbara Carmina) nos introduciremos en el mejor tema a mi gusto, el extenso Cançao de Pedra (sí, los links son extractos de los temas). Una canción iniciática, casi mística, en la que dejarse llevar por el marcado ritmo de la percusión, contoneándose perdida toda conexión con el ambiente.


Tendremos narraciones sobre bases atmosféricas como en Monologo petreo seguidas de temas con aire marcial-neofolkero (no habituales) como Pedra-patria. Habrá poesía (no sé si portuguesa o mirandesa) declamada sobre ligeras flautas y guitarras en Primabera dos bombos da pedra, mientras oimos como se rascan las piedras para dejar indelebles runas.

Habrá pasajes más folclóricos y costumbristas como Callaecia ao peito, con aparición de voces femeninas, o Igrejas derrubadas y su guitarra portuguesa. Anuncios de despedida con la lenta, y tristona, Patria fecunda que acaba en una última subida esperanzadora antes de la belicosa Nabia corona.



En definitiva, un disco orientado a transmitir un legado a las nuevas generaciones, explorando aspectos de la lengua, la tradición y la simbología ancestral dentro de estructuras musicales más modernas que mantienen viva la "herencia oral". La combinación entre tradición y modernidad no es un obstáculo nos dicen y estamos de acuerdo.

Un disco que hacer resurgir en mí sentimientos de pertenencia (aunque no me ligue sangre ni nada) con estas tierras noroccidentales. Elevemos nuestros cánticos al Señor Granito y unámonos en un conjunto baile de hermanamiento con el medio natural geológico!

Sigo no barco que sobe o rio. Porém
não sinto que subo o rio:
sinto, em vez disso,
que o rio me sobe a mim
por aquela escada mal alumiada,
estreita, poucas vezes varrida,
por que se vai ao sótão
para uma birra ou uma nostalgia.

António Manuel Pires Cabral


y esto después de dos mil años de tradición cristiana!

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