Las plaguas anuncian el Apocalipsis screamo

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lavrenti

En un mundo en el que asistimos impertérritos al desmoronamiento de Occidente en el choque de civilizaciones, la debacle climática y, lo más preocupante, el relativismo moral; es, cuando menos, agradable encontrarse con una agrupación musical juvenil que se atreve a reividicar abiertamente su fe y creencia en Cristo Jesús Redentor.
    No estamos avergonzados de decir que somos una banda cristiana. Todo el esfuerzo que hacemos es por una razón, una razón solamente: nuestro Dios y el salvador Jesucristo. Apoyamos a muchas bandas con diferentes objetivos, pero sentimos que ha sido Dios quien nos ha llamado a hacer lo que hacemos. No espero que nadie esté de acuerdo con nosotros, y eso está bien, pero me gusta pensar en los Corintios 10:31 "En resumen, sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios"



A mayor gloria sea este artículo del interesante disco de los seis chicos de Dayton, Ohio, llamados The Devil wears Prada (como el libro-peli). Distanciado de su primer lanzamiento, Dear Love A Beautiful Discord, en apenas un año este Plagues, editado por Rise Records y distribuido por Ferret Music, llega cargado de mensaje redentor y espiritualidad, y, al tiempo, desesperanza y cantos de trompeta al final de los tiempos.

En lo musical, nos encontraremos con metalcore convulso y gritón... o, como ví definido en un artículo, con las cuatro "B". Bass drops, Breakdowns, Bree’s, and double Bass kick. Pero esto ya lo hemos visto en otras muchas bandas, estaréis pensando mientras comenzáis a teclear la direp www.libertaddigital.com con idea de releer el delicioso artículo sobre el Sherpa.


Esperad un momento!... cierto es que de por sí el estilo a mí me gusta y no tienen que esforzarse mucho para saciar estos oidos hambrientos de griterío. También que el renacimiento espiritual de Occidente me resulta extrañamente atrayente (otro día hablaremos de Von Thronstahl, Rose Rovine e Amanti y el Concilio-trampa II)... pero es que The Devil wears Prada tiene personalidad suficiente como para destacar con su sonido sobre gran parte de la escena.

Los temas son muy rápidos y pesados, y la ensalada de cortes y cambios de ritmo parece extrañamente bien conceptualizada. Son temas en descomposición constante, donde cada nota se desintegra y cada ritmo se rompe y espasmódicamente es arrojado sobre nosotros. La producción de las baterías y los beats explosivos añadidos resultan apabullantes en determinados momentos. Los teclados dotan de personalidad propia a cada uno de los temas. Los momentos brutal de voz compensan de largo los intermedios claros (pedorros dicen otros).

Así, Plagues configura treinta y siete minutos densos y difíciles de escuchar pero que, el concepto del disco lo merece, consiguen generar una permanente sensación épica. Enfrentarse a él, así como a la responsabilidad del cristiano, requiere coraje y valor pues la "la puerta es estrecha y el camino áspero", pero al final nos espera la vida eterna.

Vida eterna o eterna condenación, tú decides.

I'm going to hope for you, I'm going to pray for you
amongst the wreckless and the black
Salvation lies within.


1. Goats On A Boat
2. Number Three, Never Forget
3. HTML Rulez D00d
4. Hey John, What's Your Name Again?
5. Don't Dink and Drance
6. You Can't Spell Crap Without
7. This Song Is Called
8. Reptar, King of the Ozone
9. The Scorpion Deathlock
10. Nickels Is Money Too

No habéis de dejaros llevar por las primeras impresiones y prejuzgar los títulos de las canciones, ya que es en estas conclusiones rápidas donde emerge lo diabólico. Así, en una escena musical convertida en (o surgida a partir de un) estilo de vida y dominada por lo mórbido y lo negativo, los jóvenes que herida tras herida, se torturan a sí mismos pero que perseveran accederán a ver elevarse una esperanza en forma de paloma en dirección a las nubes oscuras que tapan la luz sanadora de nuestro Padre y Señor.
    To what's true, I offer thanks.
    I've found what's pure and I've found what's sweet.


Tras la dolorosa huida de Goats on a Boat, entregamos nuestro mayor esfuerzo con la banda y creemos que no será baldío para salvar a estos pobre chicos que pronto morirán. Santificados sean los blast-beats entre órganos de iglesia, y santa sea la cruzada contra los esclavos de la moda que han abandonado las doctrinas y entregado a la obsesión y las relaciones ensangrentadas de amor maquinal.

Todo quedará atrás pronto, pero, mientras, sigamos cantando en la espléndida HTML Rulez d00d (gran "momento brutal" final), desplegando belleza ante los demás o condenando la megalomanía, en Hey John, What's Your Name Again?, de quienes siempre intentan parecer perfectos, clamando ser reyes y reinas, sin entender que todo estos intentos de permanecer en la cúspide de las montañas de lápidas son futiles. Atentos al intemedio visceral con repique de platillos.


Don't dink an drance será otro ejemplo de como frenar de pronto un tema y someterlo al castigo atroz de las guitarras y baterías entrecortadas, seguido a continuación de pasajes imaginativos y eminentemente heavys (esos Avantasia!). Será a partir de You can't spell crap without C cuando los temas finales vayan tomando consistencia, siendo más lineales y fieles al standard, pero consiguiendo que el espectro épico del Apocalipsis comience a elevarse con fuerza.

Así aunque desearemos por un momento darnos la vuelta y volver a su risa y abrazo candoroso, la llamada de la verdad es demasiado fuerte aunque nos enfrente a mareas de hipocresía y ficciones de debilidad, en intermedios melódicos como el de This song is called. No hay esperanza, y ya estamos componiendo nuestras canciones funerarias a Reptar, rey del ozono; así que no intentes justificar lo que sabemos que está infectando esta tierra. Nubes erróneas desarrolladas por factorías de estupideces; aunque algunos lo llamen el (Apocalip)Calento-cuento.


consecuencias del calentamiento global


Las plagas se abaten sobre nosotros y ningún poema que haya escrito, ninguna canción que haya cantado podrá parar al ejército de la ira y sus billones de balas. The Scorpion Deathlock se desmorona hacia el final indeseado pero esperable de Nickels is money too, en el tema con mayor carga emocional del disco.
    La envidia acabará con mi cielo.
    La codicia acabará con mi cielo.
    "Aquí un granjero se ahorcó con la esperanza de abundancia"
    Bienvenido al museo de la muerte; sangre sin final se vuelve realidad.
    La tradición ha cavado la tumba.
    El infierno ha comenzado.


Así rabiosamente sobre un intenso piano trata de alcanzar el esplendor que en su disco anterior conseguían Modeify the pronunciation y Salvation y, aunque no lo acaba de alcanzar, sella con personalidad un trabajo duro, interesante y abierto al análisis y el debate.

Cuán engañoso es el cementerio de la motivación
Deseo escribir una conclusión.

Musicalmente creo que es notable, y simbólicamente da miedo. Hasta cierto punto me cuesta manejarme con la realidad del Imperio desde la lejanía de la mera colonia. Aquí la cristiandad se abraza a sus viejas estructuras y se encuentra anquilosada queriendo revivir la gloria de las antiguas familias rectas y decorosas del franquismo. Así todo movimiento cultural de la modernidad (o pos) se le escapa y se encona frente a él.

Eso no ocurre en Estados Unidos donde (sobre todo, los evangélicos) cuentan con una movilidad sorprendente. Así penetran con sus creencias religiosas en todos los ámbitos sociales y culturales. Adaptan el hip-hop, el screamo y hasta el death (Invert the inverted cross) esparciendo como abono sus creencias en las modas juveniles. Y es que esto va un poco más allá del rabino rocanrolero...

Plagues se publica el 21 de agosto, hasta entonces contentémonos con los dos temas de su myspacey y con un poco de pit a mayor gloria del Señor.




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