Y si nos dejamos llevar por Diary of Dreams...
lavrenties cuestión de tiempo que un eco se expanda
¿Qué próximo paso podría ofrecerse?
Echas una mirada atrás mientras los latidos del corazón rugen
con esta canción que cantas
Nuevo año, nuevo disco de Diary of Dreams... Comienza The Wedding con un ligero piano ascendente y nos reencontramos con Diary of Dreams ahora que todo ha cambiado y desgraciadamente no vuelve Mr. Hates para decirnos qué hacer, trazarnos el camino o vivir nuestra vida por nosotros.
Todos los elementos de lo que siempre ha sido DoD y lo que quede de ellos hasta el fin, se mantienen, sus percusiones potentes, cuidadas; los teclados intensos, los arreglos de guitarra para terminar de apuntalar las estructuras y la voz de Adrian. No haré introducciones sobre su historia, ni me dejaré llevar por el recuerdo de cuanto ha significado esta banda en muchos momentos porque esto ya aparecía en aquel artículo sobre Nekrolog 43. Simplemente dejaré que (if) - The Memento Ritual Project avance e iré aportando mis reflexiones...
- La lucha se renueva cada día
y cada paso es demasiado complicado.
Perdido el encanto de tenerte cerca,
mi vida es soñar contigo.
Requiem acaba con todas mis críticas de que DoD se repiten. Sí, es cierto, lo llevan haciendo desde hace mucho tiempo, pero ¿no es eso lo que busco?. Perfil muy bajo, con un piano memorable, un compungido arreglo de violines (una pena que no aparezcan más), y en alemán (como prefiero) en un tema de pérdidas irreparables, profundidades infinitas y vacío, y aún así gloria en la amistad y las conexiones que persisten más allá de la muerte. Dejo que marches, mi querido amigo.
- Por favor, deja que la lluvia caiga sobre mí.
Por favor, déjame que sienta los milagros de la vida.
Por favor, deja que la lluvia limpie mis lágrimas.
Por favor, déjame aprender el hechizo de la confusión.
Es un placer escuchar con cascos como el piano elabora detalles a tu izquierda mientras el tema va creciendo en conjunto. Nuestra derrota ha puesto final a la guerra y nos permite encontrar paz en la noche. Pero pronto tendremos que abandonar nuestro cobijo con Poison Breed, entendiendo que nuestra elección está basada en mentiras y así siendo capaces en la revelación de acabar con nuestras creencias y avanzar hacia nuevos horizontes. Sorprende, hasta cierto punto, en el tratamiento de la batería que sobresale en su parte final.
Whan!Sinn? aporta cuatro minutos de tensión y épica creciente, aún cuando nos podamos enfrentar a una nueva derrota ya que el tiempo ha pasado y quizá se haya hecho demasiado tarde. Revolución se atreve alguien a musitar por el fondo...
- Éste es mi color
Éste es mi legado
Toma lo que necesites
y déjame atrás
En The Colors of Grey tendremos otra larga creación sobre la debilidad, leve en sus inicios y grandiosa en la belleza de sus aperturas espaciales, en la forma de combinar la voz grave de Adrian con los coros tratados, o en su final en entonaciones muy naturales.
- Ven aquí y vive mi vida
como si fuera la tuya, amigo mío.
Sé que es difícil,
difícil de entender,
y deja que te suplique todavía.
Estoy cansado y soy débil.
Aléjate de mi mano
y no sientas arrepentimiento.
Así Choir Hotel en un medio tempo ortodoxo de baterías electrónicas pasa sin mayor gloria aunque nos invite a dudar de aquellos que por su sensibilidad o inteligencia sean capaces de ver nuestro interior como si las barreras fueran transparentes, pues sus consejos pueden ser tan sabios como malintencionados, pues en su mano se encuentra la posibilidad de manipularnos a su favor. ¿Le daremos la posibilidad de encadenarnos de nuevo alterando nuestras percepciones y alentando nuevos ideales, o vencerá el orgullo?. Lo veremos en la más guitarrera The Chain.
- No temas, no es el final de este mundo.
Camina cerca del borde para creer en el absurdo.
El viento en tu pelo es la libertad que compartimos,
una lágrima en tus ojos prueba que al menos lo intentas.
Habrá un amanecer de esperanza, necesitado desde hace unos cuantos discos de DoD, con King of Nowhere, asumiendo consecuencias de los errores cometidos y valorándolos en su justa medida. Llega entonces 21 Grams of Nothing apuntando nuevas espacios por los que puede desarrollarse la música de DoD. Al piano proponen una melodía más elaborada, aunque juegue con la repetición incesante y los teclados pasan a construir ambientaciones, ganando presencia la guitarra y utilizando ligera distorsión en la batería para un tema de intensidad en forma de V, que nos prepara para la llegada de la nuevamente oscura y derrotada Mind over Matter.
Queda al descubierto parte del significado de Dod para mí; un mundo secreto, amplio, en el que dejar libre el hastío, la desesperanza, sentimientos frustrantes que no deseo tener. Les dejo recrearse allí, siento que son compartidos con el grupo y con quienes les oyen, y los justifico temporalmente, pero con intención de desprenderme, abandonarlos; que no permanezcan en mí y se enquisten mientras mantengo una actitud cínica hasta el día que finalmente exploten. Es un lugar de expansión para una personalidad corrompida. Como si fuera un reino de codicia, el excelente tema de perfil que cierra el disco. No hay tensión, no hay emociones desbordadas, ni lágrimas bullentes; sólo una leve creación, imaginativa frente a mi ligera crítica de su carestía, heredera de la electrónica de los ochenta, con guitarras arrojadas al viento, y una reconocimiento explícito de culpabilidad.
Aquellos que se hagan con el disco en su versión limitada (editado por Accesion Records) tendrán todavía otros cuatro temas en un segundo EP concebido y bautizado como g(IF)t. Ofrece temas poderosos, ortodoxos, como Momentum, cuyo mejor momento se encuentra en el pasaje ambiental central, y otros que juegan a cambiar los marcados ritmos habituales, incluso con leves acercamientos al breakbeat, y a endurecer las guitarras. The Saint, sin embargo, se centra en unas bases rítmicas mucho más marcadas y un conjunto ligero puramente electrónico que me recuerda al synth-pop. Acaba el presente con Never tell the widow en un tema muy bajo, de propuestas ambientales lánguidas en el que la percusión se hace esperar y aparecen guitarras acústicas. Adrian canta en dos líneas, mostrando su faz más suave, acariciando un tema que bien podría haber cerrado en sí el trabajo y que invita a ser escuchado una y otra vez mientras las horas de la madrugada avanzan.
No es (if) - The Memento Ritual Project un disco revolucionario para Diary of Dreams, mantiene el carácter habitual de su música, siendo fuerte y valorado su núcleo creativo, pero si a Nekrolog 43 lo critiqué levemente por ser monolítico, he de reconocer que ahora dan pasos, quizá algo tímidos, hacia nuevos espacios sonoros. Son tímidos porque se quedan en detalles en momentos muy concretos salvaguardándose la arquitectura de su sonido, pero tampoco era mi deseo una transformación radical que probablemente me hubiera llevado a escuchar de nuevo trabajos anteriores, así que celebro, en cualquier caso, su nuevo trabajo, noveno ya, que nos ofrece en todo momento buenos momentos musicales, algunos excelentes, y otras letras intimistas y suficientemente poco concretas como para ser llevadas a lo personal y reinterpretadas a deseo y necesidad propia.
para evitar llegar a donde estamos ahora?
¿O sabíamos lo que nos hacíamos
y vimos este moribundo proceso crecer?
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