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lavrenti¿Cornúpeta huidizo de poderoso vuelo de las costas arenosas? ¿Descripción de un redactor de muzike.org? Ya, compelidos por la cercanía de un nuevo evento con la presencia de Reznik, nos hemos decidido a cavar, cual cantante de Haemorrhage, en la memoria para tratar de situar entre estos muros lo que fueron dos citas esenciales, de las que os advertimos y nuestros n-miles de visitantes ignoraron ¬_¬
No habréis visto nada en la música si no habéis estado al menos una vez frente a Lolo con su batería estremeciéndose a cada martillazo de baqueta. Si no habéis sentido como os atrapa la espiral que decora un bombo que a cada golpe peligrosamente se acerca más y más para finalmente devorarte.
Como ya dijimos Reznik es un grupo que desborda cuestiones e ignora cualquier tipo de conclusión lógica que se trate de buscar a su música. Pero ya habrá tiempo al final para tratar de ganarnos su favor (y hacernos un hueco en su formación) al final del artículo.
Pero comencemos por lo que fueron los dos grupos que abrieron la cita en Barracudas en aquel 20 de diciembre ya lejano. Abrieron Skolnik y a mí me parecieron muy buenos. Su música aparece definida en su myspacey como rock-trash-southern y todo ello había y bien bueno.
Directos y con una poderosa ("rujurosa") voz. Quizá algo parados en el escenario (como el público) nos permitieron vivir y escuchar una gran descarga de temas que incluso se acercaban al hardcore más espeso. Tenéis otra oportunidad de verles, este sábado 13 en la Sala Limbo de Madrid junto a Sapiens.
Tras ellos aparecieron Louded para resolver nuestras dudas sobre lo que era el flamencore. Aunque musicalmente me gustaran más los primeros, sus temas también tiraban por tesituras duras y el desparpajo y la activa presencia en el escenario contrastaba con el ambiente algo más desangelado anterior.
Muchas risas, mucha participación del público y el grupo haciendo el cabra, como buenos mostoleños, por el escenario. Por mi parte no hacía más escuchar "Esspañaaaa" en todos los temas lo cual insuflaba mis sentimientos patriotas y de ca-ma-ra-de-ría. Ahí va su myspacey y una serie de fotos para que os hagáis una idea (podéis verlas todas en la ficha del grupo) y valoréis la posibilidad de acercaros a verles por la cara (0€ de entrada) en la sala Monkey St. de Majadahonda también este sábado 13...
Cerraron Reznik, sí.
Y así nos hallamos el 28 de diciembre ante las puertas de Nasti para lo que sería el Jejas Festival. El escenario trataba de asemejar, con una tela de fondo, la agradable ambientación de un salón costumbrista propio de cualquier domicilio parental (pero esto no era un festorro popie).
Entramos cuando estaban comenzando a desarrollar sus largos temas instrumentales Quid Rides?. Dominio sobre las lentas melodías con pasajes embriagadores que abrían paso a ruidosos desarrollos de intensidad creciente en un onda post-rocker interesante.
Algunos temas eran coreados debidamente por aquellos que ya les conocían mientras el batería desarrollaba redobles de corte netamente militar (quiero decir neofolkie). Las partes de bajo muy interesantes, haciéndonos disfrutar cada vez más de las buenas nuevas formaciones que optan de forma decidida por prescindir de los vocalistas (así no encuentro yo banda ¬_¬) para centrarse en la creación de melodías intensas. En marzo (1 y 17) y abril (el catorce) podréis verles de nuevo en El Juglar y La Sal (os avisaremos unos días antes, estad atentos!).
Y, mientras Red Lee comenzaba a prepararse para acercarnos más rock (¿alternativo?), aparecía en el escenario con guitarra acústica el vocalista de Malyssia para entregarnos un pequeño regalo de Santos Inocentes. Fue una pena porque a pesar de los ruegos nadie se callaba allí y apenas pudimos enterarnos de la letra de una canción emotiva que aún así, de alguna forma, caló.
A pesar de mantener interesantes debates durante el tema, se acallaron al final para que los aplausos hicieran aparición aunque albergáramos serias dudas de si realmente se habían enterado de algo :? Bueno, el caso es que los Red Lee se hicieron con el escenario y nos ofrecieron temas rápidos con cierto aroma Seattle intensificados por la entregada forma de cantar.
Echadle un oído a su myspacey, añadidle la intensidad del directo, algo de movimiento aportado por las sospechosas amistades y planteaos acercaros a verles el 20 de enero en Trilogy de Boadilla o el 26, junto a los post-punks industriales Gestalt y al extrañamente sutil Plasteek, en La Leyenda de Madrid. Creo que también estarán el 17 de febrero (a ver si vamos a estar en Almería...) junto a los guarretes de Twin Hands.
No hay trato de favor. A Reznik les vimos en aquel concierto con Dishammer y Orthodox tiempo ha, y en el fallido concierto de Gruta 77, así como junto a Tao Te Kin. Resulta hasta cierto punto extraño como cada una de las actuaciones ha tenido su propia idiosincrasia. Cada uno ha generado una serie de ideas y sensaciones diferentes que se van completando para llegar a generar un todo total y agradablemente incomprensible.
En Barracudas fue tenso, apresurado, lejano y frío; y ninguna de estas apreciaciones son negativas sino todo lo contrario. Por momentos se generaba una sensación de abismo tras la que los temas iban surgiendo al tiempo que la batería temblabla. Esa fue mi sensación individual... ¿el colectivo? Entregado. Reznik amenaza, con el tiempo, vendavales de pogos entre sus ya adeptos. A mí me parecen inalcanzables y perpetuos.
Y así fue como en Nasti ofrecieron una actuación electrizante. El aire estaba ionizado y las presencias bailoteaban alrededor mientras el que esto escribe trataba de visualizar algún tipo de efecto psiquedélico en dicha espiral del bombo. Extraño fue como la temerosa entrada de Macarena para alentar un tema (¿verdad que decía Top of nothing muzike!!?). Quebradizo.
Un poco más de todo, por favor. Doble temblor y nuevos pasajes lentos extenuantes. Todo se volvió azul y el escenario se proyectó al vacío. Cerraron Reznik, sí.
Y la respuesta es el Rinonetro.
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