Finalmente, en el templo de Vihmana

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lavrenti

Enrevesados son los designios de los astros
Siento que me han abandonado


Vihmana es el proyecto personal de Nacho Hernández iniciado en 2005 con una guitarra y un ordenador. Poco a poco se fue desarrollando mientras a su alrededor se sucedían ensayos, grupos que se formaban y se deshacían en el viento (como reconoce el propio Nacho en esta entrevista en Friedhof), y su presencia en la La Dolorosa como vocalista. Habría que esperar aún, lo habitual en las producciones underground, para que su primer intento se plasmara en el EP que tenemos ahora mismo en nuestras manos, editado por Nooirax Producciones, y que se presenta el sábado 28 de marzo en la sala Lullaby, con actuación precisamente de La Dolorosa.

Para llevar adelante sus ideas de fusión, Nacho Hernández ha contado con la colaboración de una cohorte de músicos, algunos conocidos ya por muzike.org, otros non, como Eva Borondo e Irene Morell en la flauta, Jaime Pascual (bajista de Tinnitia) en... el bajo, Antubel en el chelo y José Luis Frías (Trobar de Morte, Hordak, Phyllum Anima). Influencias se anuncian muy variadas, yendo desde el doom hasta la música étnica ; en un intento de aunar con total naturalidad el metal más oscuro con las músicas árabes y de la India, con un espíritu ambiental y atmosférico y presentando textos de naturaleza mística y existencial.

Un vímana es un carruaje volador mítico de la tradición hindú en el que surcaban los cielos el dios del Sol; Rama, Hanuman, Sita y Lakshmana para volver a Ayodhya desde Lanka, siendo de flores el del demonio Rávana, o utilizado en las guerras del Ramaiana y el Mahabharata. Tradición ésta compartida en otras muchas creencias (incluído el esoterismo nazi de Miguel Serrano), siendo seguro que el Mayor Jason (personaje real según J.J. Benítez (sic)) vió alguno en sus viajes espacio-temporales. Tomemos nuestras Vihmanas, Merkabas o Haunebus y emprendamos el viaje al que Vihmana nos invita.






1. Ecos del misterio
2. Carros solares
3. El Camino
4. Como Ríos sin Afluente
5. Meteoro
6. El Templo Dorado






Templo, por algunas de sus características, me recuerda poderosamente a Sigh, el grupo de Mirai Kawashima que acabó en desastre (no será el caso). Son algunas de éstas, la herencia del rock progresivo en la compleja elaboración de los temas y su intencionalidad narrativa, el tratamiento de las voces y la aparición bombástica de algunos de los instrumentos.

Desde un inicio, en Ecos del misterio, aunque esta vez sin metal, encontraremos esa extraña y atractica mezcla de referencias instrumentales folclóricas, con cuerdas de fuerte influencia árabe, samples tratados de Khoomii vocal grave y flautas. Un gran tema que hubiéramos agradecido tuviera mayor extensión ya que apenas rebasa el primer minuto quedando en una mera introducción.

Los Vedas en sus vimanas se abalanzan con la aparición de la batería programada, ya en Carros Solares, las guitarras y la sorprendentemente grave voz de Nacho que queda ligeramente sepultada entre la música dificultando la comprensión de un texto en el que la Atlántida es destruída entre columnas de fuego, perdiéndose saberes y quedando los humanos bajo el dominio de los Dioses. Especialmente reseñables son las percusiones étnicas, más asequibles a la escucha en la parte final, y la melodía de la flauta que quedará grabada de ahora en adelante en nuestra memoria.

El Camino se abre con un solitario piano que se va completando con la aparición del bajo de Jaime Pascual y los vientos, es aquí donde nos encontramos con la gaita de Jose Luis Frías. A ritmo lento se va construyendo un buen tema que quizá hubiera ganado más con una toma de batería real por el uso insistente en el inicio del hihat. Tras la introducción llegará un pasaje de doom atmosférico interesante que nos lleva hasta un momento ambiental que ha de devinir en un final muy rápido puramente death.

Es Como Ríos sin Afluente uno de los temas que más valoro con su mistérico desarrollo, masivo en las guitarras, arrastrado en la batería y cohesionado mediante atmósferas. Las flautas, carracas y teclados elevan interrogantes y provocan contradicciones que podrían acabar con este muro sonoro de la ilusión y liberarnos de nosotros mismos.

Quizá entonces podríamos emerger del lodo que ahoga los sueños, sin desembarazarnos de la duda y entregarnos a una fe ajena, obviando palabras interesadas, y elevarnos, atravesando los cielos, ráudos con el final de Meteoro. Habremos de saber si somos capaces con la escucha de los distintos diálogos que se producen en el tema más rápido de todo el disco.

Templo Dorado se inicia con aires de post-pop imaginativo (¿Alcest?) con el sonido más luminoso hasta ahora, encontrada la paz en el otro; en tí no siento padecer. Siento que falla para mí el tratamiento de la voz (quizá me recuerda a Los Planetas, y no los puedo soportar)... lo que no quita que musicalmente sí me atraiga y encuentre trazas de influencia tántrica aunque me despiste con su última afirmación, vacía el corazón de todo deseo, debilita tu afán de ambición, aunque pueda entender como abandono de todo deseo banal y su elevación a otro nivel.


Es Templo y Vihmana un experimento arriesgado que, aunque por breves instantes a mi oido padezca de cierta disonancia, ofrece como resultado otros memorables, denotando una extremada originalidad e imaginación. Atesorando tradiciones musicales, las libera y mezcla de forma generosa (incluso en el libreto), desatando un ciclón de sensaciones variadas; siendo las más, las gratificantes. Tengo la sensación de que será un trabajo muy bien recibido por oídos inquietos en un universo musical que carece de fronteras gracias a la red y a plataformas como myspace donde podéis escuchar dos de los temas (el pueblo unido, jamás será vencido me descubro cantando en Carros Solares :?).

No queda más que dejar el cartel por si a algún lector, que asumimos abierto a (publicidad) una extensa gama de estilos como ofrece muzike.org(/publicidad), pudiera sentirse interesado... la entrada incluye el disco.


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