Rock a comienzos del frío

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the dancer
Viernes 1 de Diciembre, demasiado pronto llegaba muzike hasta la sala El Grito de Fuenlabrada, ya que estaban anunciados tres grupos tres, y nos encontramos con un cuarto llamado Dying in your arms que actuaba en primer lugar ante unos 20 jovenzuelos con ganas de saltar y pegarse. Sonar, sonaron regular, y hacían una especie de metal emo bastante cargado de guitarras y con un cantante que se debatía entre la mano izquierda y la derecha, el micro o el cubata, la mayoría de las veces a mí me pareció que ganaba el cubata, pero eso no le quitaba intensidad a sus berridos. Les deseamos lo mejor a estos Dying in your arms, los cuales deberían estar muy contentos de andar ya actuando en escenarios y cogiendo tablas.

Tras estos pasamos a algo más serio. Las comparaciones suelen ser bastante chungas, pero cuando ves subire al escenario a estos El Páramo, ya estás notando cosas que no notabas con los jovenzuelos anteriores. Experiencia, ciertas vibraciones que te hacen sentir que estás a punto de escuchar algo cojonudo. El Grito también adoleció de ciertos problemas acústicos, como una batería de la que se escuchaba casi exclusivamente la caja, pero es que a lo mejor pensábais que en la periferia íbamos a ser menos que en la capi, no señor, una sala madrileña sin problemas de sonido no es una verdadera sala madrileña.
De todas formas, nada impediría ni ensombrecería la descarga de rock progresivo que íbamos a recibir, la intensidad que va aumentando a medida que avanzan los temas, la psicodelia que se apodera de nosotros por momentos, qué grandes, madre, qué grandes (sí, ya sé, que vaya mierda de prensa objetiva, pero es que no puedo...).
A ver si encuentran pronto la forma de grabar y editar sus temas adecuadamente como ellos mismos reclaman para que podamos todos disfrutar de El Páramo en plastiquito como está mandao incluso por el dios Eolo, coño ya.

En mi opinión, el orden de bandas debería haber sido otro, yo pienso que Sonnöv deberían haber tocado antes que El Páramo, para ir subiendo en intensidad sonora y emocional hasta reventar con Autumnal; pero bueno, el día que muzike se encargue de estos menesteres, ya veremos...
Sonnöv son otro cuarteto instrumental de preciosas composiciones que, si bien realizan temas un poco menos duros, sus melodías nos transportan igualmente por paisajes de difícil definición. Una pena que uno de los guitarras rompiera una de sus cuerdas casi antes de empezar, lo que le obligó a tocar con una de las guitarras de El Páramo. No es que nosotros notásemos nada raro en la música, pero da rabia cuando ves pasar una de estas cosas justo antes de empezar un concierto. De todas formas, la actuación mereció la pena, su rock experimental y emotivo también da pie a cerrar los ojos y darle mazazos a la cabeza mientras te dejas llevar bajo las aguas del oceano o sobre las montañas nevadas. Y a mí que cada vez me gustan más estos grupos instrumentales... ¿Quién será el/la cantante que me saque de este ensimismamiento? ¿Será el cantante de monkey do? ¿Será el lavrenti?

En estos pensamientos divagaba este redactor (y en la cerveza, y en la cerveza) mientras aparecían en escena los que debían cerrar la noche. ¡Y vaya cierre!


Autumnal se salieron, sí, así de simple. Veníamos de verles el sábado anterior en Silikona donde habíamos medio intuído el alcance de esta banda. Teníamos muchas ganas de repetir experiencia y rezábamos por un sonido mejor. En Silikona el sonido no había sido bueno, al cello apenas habíamos conseguido escucharlo, y esta actuación en Fuenlabrada fue como verles otra primera vez, pero sin gasa ni tapones que impidieran percibir lo que nos mostraban.
Esos sonidos que se colaban entre los riffs de guitarra y que a veces no sabíamos si los hacía Javier con su garganta o María con el cello, el doble bombo arrollador el inquietante doom desarrollado por este grupo nos hacía estremecer como si nunca hubiéramos escuchado nada igual. Y de esta forma recorren sala tras sala dejando boquiabiertos al personal con los temas de su nuevo disco Grey Universe del que podríamos destacar algún tema concreto, pero que preferimos dejarlo para un comentario aparte del disco completo que adquirimos en la propia sala por el módico precio de 10 eurillos y que recomendamos fervientemente.
Y así nos dieron casi las dos de la madrugada, y todos y todas las cenicientas del lugar salieron en desbandada, unos porque no pillaban el metro, otros porque se levantaban en excasas cuatro horillas, abandonaron el recinto todos con un sabor de boca inmejorable, gris y universal.




Sábado 2 de Diciembre, justo a tiempo entrábamos en La Sala Live situada en pleno pueblo de Carabanchel, con siesta incluída y energías renovadas, para ver cómo empezaban a tocar Orestes en ese mismo instante. Hacía mucho tiempo que no los veíamos en directo y era nuestra primera oportunidad de escuchar en vivo los nuevos temas de la maqueta que están ahora desangrando sobre los escenarios madrileños. El sonido no volvió a acompañar, esta noche también acusamos algunos “problemillas” técnicos con el pete cual windows xp del ampli de guitarra incluído y un Diego flipando sin saber qué había pasado. El cuarteto madrileño repasó la anterior demo y el nuevo material con una forma de tocar más concentrada, más calmada, quizás más profesional y también más melancólica, con un Beltrán desbordando su corazón en cada canción.



Nosotros vamos a ser sinceros, nos gustaban más los temas de la anterior maqueta. Obviamente no sabemos todo el proceso por el que han pasado estos Orestes, sí sabemos que son grandes músicos y que el trabajo constante se nota, pero echamos un poco de menos esos temas un poco más rápidos y rockeros. El uso del megáfono y el aire distante de algunas de sus nuevas canciones me recuerdan mucho a algunos de los temas que más me gustan de Bunbury, y nosotros con el problema de no saber cómo se llama la canción que más nos gusta de la anterior maqueta y con ganas de pedirla como bis, pero no hubo forma, y no era plan de cantarnos ahí a grito pelao un “No puedooooooo oeeeee, crees que no quierooooooo, intento volver mientras te vaaaaaass, intento volveeeeeeeeeeeerrr”. Pero bueno, para la próxima vez iremos preparados.

Envueltos en humo acabaron Orestes y dieron paso a los carismáticos Monkey Do a los que cada vez amamos más. A pesar de las pequeñas reticencias con que nos acercamos en un primer momento a estos monescos muchachos, hay que reconocer a un gran grupo cuando se lo ve. Con un Israel inspiradísimo, sobre todo en el reclamo hacia el público, ya que se agolpaban buena cantidad de gente pegada a la barra y hacia el fondo, y eso no podía ser, había que llamarles hacia el escenario, o por lo menos intentarlo. La interpretación de los temas impecable con un Óscar ya sin melenas a los teclados dándolo todo en temas como su hit Good times are no good,

y un Israel de nuevo bajándose a cada ocasión con el público a moverlo, a hacernos cantar y bailar y a reclamar la atención sobre estos simios a los que auguramos grandes hazañas musicales.

Todo ello a pesar de los problemas que le estaban dando los continuos acoples del micro, pero nada que no pueda superar este frontman (en toda la extensión de la palabra). Y por último destacar a Miguel, que hizo sonar la mejor batería de la noche. Recuerdos me quedan en la memoria de esos A VER, LOS DE ATRÁS, ¿A QUÉ HABÉIS VENIDO A COMER CACAHUETES? Pero qué hacéis aquí joder... SOSOS (con eco y todo xDDD) A mí me traía intensos recuerdos de aquel LIMPIAD EL CAMPUS HIJOS DE PUTA


Todo esto acabó, como siempre, con la versión jeviorra del gimme baby one more time (o como se escriba) de Britney Spears y con nuestro candidato a cantante favorito interpretándola con el público que ya lo daba todo y meneaba cinturas y coletas al ritmo de ese “my loneliness is killing me...”. En muzike comenzamos a estar preocupados, cada vez es mayor el número de personas que conocemos y que se confiesan fans de la ex-PepsiGirl. El día que regentemos campos de Esto es lo que podíamos leer en la página de decondicionamiento por toda la ancha Castilla tendremos que dedicar uno en exclusiva a este extraño caso.

Al finalizar la actuación de Monkey Do y dar paso a La Interpull Band, toda esa gente que había lejos del escenario resultó que no iban a comer cacahuetes, sino a ver a La Interpull Band, hay que ver la de colegas que tienen estos hombres, aunque no nos extraña, con ese cantante tan carismático y sus “CÓMO ESTÁIS CHAVALES!!!!” “¡¿ESTAMOS BIEEEEN?!” Eso sí, fue el grupo que peor sonó, sabemos que más que nada por los problemas acústicos que venían jodiendo a todos los grupos de la noche, las guitarras apenas sonaban, el micro del dj tampoco, y sólo se oían los continuos crujidos metálicos del bajista sobre sus cuerdas (por encima de todo) y los “¡¡CÓMO OS LO ESTÁIS PASANDO ESTA NOCHEEEE!!” del cantante y guitarra Jose. Gran trayectoria la de este grupo, pero que debido a los problemas que sufrieron, no pudieron estar a la altura que sabemos y que suelen alcanzar en todas sus actuaciones.

Y claro, todo esto nos hace cuestionarnos el criterio de la gente, porque vale, tú vas a ver a tus colegas de La Interpull, pero sabes que tocan otros dos grupos, joder, pues vamos a escucharlos a ver qué tal, ¿no? Es decir, La Interpull Band, muy a pesar de todos fueron la banda que de peor sonido disfrutó, y sin embargo fueron quienes más público concentraron entre amigos y familiares, que digo yo, que también podían haber apoyado la resto de bandas de la noche, pero bueno, lo vamos a dejar, que luego me llaman totalitario y no saben que lo que hacen es halagarme, y yo me inflo, y al final la liamos.
Nosotros por si las moscas nos hicimos con una copia del gran disco de Monkey Do que adquirimos al propio cantante allí mismo por el nimio precio de 9 eurillos y que, hacedme caso, merece la pena. También prometemos review del disco a no mucho tardar.

**Enormes agradecimientos desde muzike para el señor nooirax por cedernos las fotos de ambos eventos. We love you.

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