10 Years - The Autumn Effect

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Esta reseña va a ser complicada, pero antes de entrar en materia, os diremos que 10 Years es una joven banda norteamericana, que a pesar de tener otro LP en un sello independiente, prácticamente debuta con este The Autumn Effect, que además rescata algún tema de sus anteriores trabajos, que apenas tuvieron distribución. El disco salió al mercado hace unos meses y les ha llevado a girar con Breaking Benjamin y Smile Empty Soul, además tienen previsto salir nuevamente a la carretera junto a Korn.

Decía que iba ser complicado hablar de este disco, o posicionarse respecto a él, la explicación es sencilla. Podría decir, sin apenas sonrojarme, que es uno de los mejores discos del año, y a buen seguro lo haría si... si no existiera Tool, o si Maynard James Keenan se dedicara profesionalmente a la papiroflexia. El parecido musical de las dos bandas es algo innegable, el trabajo de voces y melodías le retrotraen a uno automáticamente a la citada banda, de hecho, casualidad o no, el timbre de voz de Jesse Hasek, por momentos, se parece sorprendentemente a la de Keenan, acercándose, pero sin llegar al extremo, a lo que ocurre con Chevelle. Tampoco hay que ser injusto, si ha habido una formación influyente (entre los músicos) en la última década ha sido precisamente Tool, sus tempos, voces y construcciones, se dejan oír en prácticamente todos los discos que van saliendo de grupos jóvenes (o no tanto). Es como si dices que hace 30 años todo sonaba a Led Zeppelin, es un fenómeno que está en la propia naturaleza del rock.

Dicho esto, y avisando de que en momentos puntuales el parecido razonable se torna en flagrante (hay quien diría lamentable) clonación, el disco es estupendo, tiene canciones francamente buenas y algunas llegan a emocionar. El álbum y el grupo suena compacto, está bien construido, engancha y te balancea con suavidad, alternando pasajes casi tiernos con momentos de intensidad, todo ello con una excelente producción-grabación. Es importante recalcar que el disco tiene "atmósfera", un micro-universo sonoro que mantiene el mismo aroma envolvente durante las 13 canciones, una intensidad melancólica que logra que la música entre con facilidad, sustentada quizá en la sencillez, en tratar de evitar un abuso de recursos y adornos.

El primer corte, Wake Up, exageradamente tooliano en el recurso de doblar la voz del cantante, descoloca de primeras, no sabes si te encanta la canción o es que te entra morriña por Maynard. Pero no todo es igual, Fault Line es una canción con un tono mas personal y un gran estribillo melódico, mismas virtudes de las que goza el siguiente tema The Recipe.

Después del outro instrumental tipo Anathema de Cast It Out, llega el hit del disco, Wasteland, canción que conquista con suma facilidad, la apasionada entrada del estribillo es espectacular, engancha. Y así llegamos al conmovedor Seasons to Cycle, un delicioso medio tiempo con arreglos de cuerda que es, sin duda, uno de los puntos fuertes del disco.

Se suceden Half Life, Through the Iris y Empires, tres canciones de unos 10 Years nuevamente poseídos por las hordas de Maynard. Prey vuelve a sonar "diferente", y deja patente que este grupo todavía puede construirse un sonido completamente propio.

No quiero olvidarme de la última pista, que da nombre al disco, se trata una canción de 9 minutos y medio, que a partir del cuarto se torna en un maravilloso outro de atmósferas de sinte (como me gustan), que acaba transformándose en un riff machacón, que recuerda a ese The Day The World Went Away de NIN, una buena forma de terminar el disco ;)



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